A la diáspora venezolana en Miami no le incomoda del todo una eventual intervención de Estados Unidos para «liberar» al país de Nicolás Maduro, pero cuando la retórica de Donald Trump cambió de la lucha contra el narcotráfico al tema petrolero las cosas cambian.
Alicia Civita / EFE
El punto de quiebre para inmigrantes, activistas y expertos venezolanos consultados por EFE llegó cuando el discurso del mandatario estadounidense pasó a hablar de recuperar «tierras», «activos» y «derechos petroleros» en Venezuela.
«Venezuela no es un botín», expresó Ade Ferro, directora del grupo Venezuelan American Caucus, al describir el desconcierto que se extendió rápidamente entre los venezolanos en Miami por el cambio de Trump a una retórica petrolera.
«Todos soñamos con una Venezuela libre, democrática y en paz, pero no todo lo que se presenta como mano dura o intervención es sinónimo de democracia», alertó.
Ferro, quien considera que el retorno de la democracia a Venezuela «es esencial», apeló a una imagen cruda para explicar el dilema moral: «Que un monstruo derrote a otro monstruo puede generar alivio, pero no me obliga a ponerme del lado del monstruo que queda».
El problema, añadió es que el marco cambió por completo cuando la conversación dejó de centrarse en la democracia o en el crimen y pasó a girar en torno a los recursos petroleros.
La directiva de la organización, que lleva meses luchando para proteger a los venezolanos sin estatus migratorio permanente de las políticas antiinmigrantes del Gobierno de Trump, además recordó que muchos de los venezolanos hoy criminalizados en Estados Unidos son perseguidos políticos, personas que sobrevivieron a desapariciones, secuestros y torturas.
«Estados Unidos está intentando devolverlos al mismo régimen del que escaparon», denunció. Desde el inicio del segundo Gobierno de Trump, al menos 17 aviones han salido de Estados Unidos y han llegado a Caracas con deportados.
«Nada de tierra o petróleo»
Pedro Guzmán, un vendedor de vehículos en Miami, agradece «profundamente la presión de Trump contra Maduro, y sí creo que se les puede dar algo si nos ayudan, pero nada de tierras o petróleo para siempre. Eso también es traición».
También hay muchos, como Juana Martínez, una limpiadora de oficinas indocumentada, que asegura que «todo vale la pena para salir del chavismo: hasta regalarles petróleo; ya se lo damos a los cubanos gratis, como no lo vamos a hacer a quienes nos ayuden a salir de Maduro».
A todo esto se suma la preocupación de que un eventual ataque de las fuerzas estadounidenses cause muertes civiles. «Mi mamá vive cerca del Palacio de Miraflores (sede del Gobierno y estoy muy preocupada», expresó Migdalia Peña, una estudiante de posgrado en Nueva York.
Desde el punto de vista legal y geopolítico, para el analista Antonio de la Cruz, presidente de Inter American Trends, la interpretación de que Estados Unidos se quiera quedar con territorio venezolano es una «interpretación errada».
De la Cruz, por otro lado, descarta totalmente que se plantee una intervención tras el aumento de la presión de EE.UU. sobre el Gobierno de Maduro, al que acusa de liderar el Cartel de los Soles, algo que Caracas niega.
La presión ha incluido meses de bombardeos a supuestas lanchas en el Caribe y el Pacífico.
Trump, que lleva semanas asegurando que «pronto» comenzarán los ataques contra el narcotráfico dentro de Venezuela, indicó en una entrevista publicada el viernes que no descarta una guerra con ese país.
Sin embargo, hablar de la presencia física de tropas o personal sobre el terreno «es hablar de guerra, y para eso Trump sí necesita la autorización del Congreso, dijo De la Cruz.
«Lo que se plantea es una operación quirúrgica y es lo que se apoya desde la diáspora y la oposición», concluyó.
Estados Unidos está interceptando e incautando un buque frente a la costa de Venezuela en aguas internacionales, según informaron tres funcionarios estadounidenses a Reuters el sábado, una medida que se produce pocos días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara un «bloqueo» de todos los petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela.
Esta sería la segunda vez en las últimas semanas que Estados Unidos incauta un petrolero cerca de Venezuela y se produce en medio de un importante despliegue militar estadounidense en la región.
Los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato, no especificaron el lugar exacto de la operación, pero añadieron que la Guardia Costera estaba al mando.
La Guardia Costera y el Pentágono remitieron las preguntas a la Casa Blanca, que no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios. El Ministerio de Petróleo de Venezuela y la petrolera estatal PDVSA tampoco respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
«Estoy ordenando un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela», dijo Trump el martes.
Desde que las fuerzas estadounidenses incautaron un petrolero sancionado frente a la costa de Venezuela la semana pasada, se ha implementado un embargo efectivo, con buques cargados con millones de barriles de petróleo permaneciendo en aguas venezolanas para evitar ser incautados.
Desde la primera incautación, las exportaciones de crudo venezolano han caído drásticamente.
Si bien muchos buques que transportan petróleo desde Venezuela están sujetos a sanciones, otros que transportan petróleo y crudo del país, así como de Irán y Rusia, no han sido sancionados, y algunas compañías, en particular la estadounidense Chevron (CVX.N), transportan petróleo venezolano en sus propios buques autorizados.
China es el mayor comprador de crudo venezolano, que representa aproximadamente el 4% de sus importaciones, con envíos en diciembre que, según analistas, promediaron más de 600.000 barriles por día.
Por ahora, el mercado petrolero está bien abastecido y hay millones de barriles de petróleo en petroleros frente a la costa de China esperando para descargar. Si el embargo se mantiene durante algún tiempo, la pérdida de casi un millón de barriles diarios de suministro de crudo probablemente impulsará al alza los precios del petróleo.
Desde que Estados Unidos impuso sanciones energéticas a Venezuela en 2019, los comerciantes y las refinerías que compran petróleo venezolano han recurrido a una «flota fantasma» de petroleros que ocultan su ubicación y a buques sancionados por transportar petróleo iraní o ruso.
La campaña de presión de Trump contra Maduro ha incluido un aumento de la presencia militar en la región y más de dos docenas de ataques militares contra embarcaciones en el Océano Pacífico y el Mar Caribe, cerca de Venezuela, que han causado la muerte de al menos 100 personas.
Trump también ha declarado que pronto comenzarán los ataques terrestres estadounidenses contra el país sudamericano.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado que el despliegue militar estadounidense tiene como objetivo derrocarlo y hacerse con el control de los recursos petroleros de la nación miembro de la OPEP, que posee las mayores reservas de crudo del mundo.


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