
El presidente Donald Trump vuelve a sacudir la agenda económica al confirmar que estudia la posibilidad de entregar cheques de “reembolso arancelario” a millones de ciudadanos estadounidenses.
Por Semana
La propuesta, que combina el cobro de nuevos aranceles con un alivio fiscal directo a las familias, busca proyectar la idea de que las tarifas impuestas desde abril no solo sirven para reforzar el presupuesto, sino también para devolver dinero a los bolsillos de los contribuyentes.
Según Trump, la prioridad seguirá siendo el pago de la deuda nacional, pero reconoció que “existe la posibilidad de generar dividendos” para la población a partir de lo recaudado por las tarifas internacionales.
La idea toma forma en un momento en el que el Tesoro ha confirmado ingresos récord por aranceles, superiores a los 100 mil millones de dólares desde que entraron en vigor los nuevos gravámenes hace cuatro meses.
Scott Bessent, secretario del Tesoro, respaldó públicamente la propuesta al señalar en medios locales que “no se descarta que parte de esos recursos se conviertan en reembolsos”, aunque subrayó que la prioridad inmediata seguirá siendo cubrir los compromisos de deuda.
En paralelo, el senador republicano Josh Hawley presentó un proyecto de ley denominado American Worker Rebate Act, que prevé pagos de al menos 600 dólares por adulto y por cada niño.
De ser aprobado, una familia de cuatro personas podría recibir hasta 2,400 dólares. El texto contempla que los pagos sean tratados como créditos fiscales reembolsables y podrían empezar a distribuirse a finales de 2025 o a comienzos de 2026, dependiendo de la recaudación efectiva de los aranceles.
El plan, sin embargo, enfrenta fuertes cuestionamientos. Varios legisladores republicanos advierten que los aranceles elevan el costo de productos básicos y que los fondos deberían enfocarse en reducir el déficit, que se calcula en 1.4 billones de dólares para este año fiscal.
La deuda nacional, por su parte, ya supera los 36 billones de dólares, un dato que genera alarma en los sectores más conservadores del Congreso. Economistas consultados por The Washington Post calificaron la medida como “populista y fiscalmente riesgosa”, aunque reconocen que podría convertirse en un gancho político atractivo para las familias de clase media.
Lea más en Semana
No hay comentarios.:
Publicar un comentario