En mi artículo de 2020, especulaba sobre una posible ruptura en la coalición del régimen. Sin embargo, Nicolás Maduro se ha mantenido n el poder y ha consolidado su control, a pesar de que hoy su liderazgo se presenta seriamente fracturado y debilitado.
Si bien la legitimidad de su régimen ha sido cuestionada por Estados Unidos, Europa y varios países de la región, especialmente por los resultados de las elecciones del 28 de julio de 2024, no se ha producido una transición hacia un gobierno democrático.
El régimen sigue adelante con sus planes políticos, utilizando procesos electorales que la comunidad internacional ha catalogado como una "simulación democrática", con trabas para la oposición y la inhabilitación de figuras políticas con alta conexión con la sociedad civil.
La tensión con Estados Unidos ha continuado e, incluso, ha aumentado en ciertos momentos como ahora. Se han reportado despliegues militares de EE. UU. en el Caribe para combatir el narcotráfico, lo que ha sido interpretado como una medida de presión contra el régimen.
Aunque una intervención militar directa no parece ser un escenario probable según los expertos, la estrategia de Estados Unidos, especialmente bajo la administración de Donald Trump, ha buscado crear presión e incertidumbre a través de sanciones económicas y medidas legales para forzar una transición.
La crisis interna: gasolina, agua y electricidad
Lamentablemente, los problemas de servicios públicos que el artículo de 2020 señalaba persisten en 2025. Los informes indican que la población sigue enfrentando largas colas para la gasolina, cortes constantes de electricidad y escasez de agua potable.
Se ha documentado que la falta de respuestas por parte de las autoridades ha provocado un aumento de las protestas sociales, muchas de ellas "silentes", donde los ciudadanos reclaman por sus derechos y la mejora de sus condiciones de vida.
El artículo de 2020 concluía con un llamado a la unidad y a la transición. La situación actual muestra que la lucha por los derechos civiles y políticos sigue siendo un foco de conflictividad social en el país.
Si bien la oposición ha buscado estrategias innovadoras para enfrentar el autoritarismo, la represión ha aumentado y el espacio cívico se ha reducido debido a las violaciones de los derechos humanos.
A pesar de esto, la comunidad internacional y las organizaciones de la sociedad civil continúan apoyando a la población y pidiendo el restablecimiento de las garantías democráticas.
En resumen, la realidad de 2025 en Venezuela, si bien ha tenido algunas variaciones, sigue reflejando muchos de los desafíos que describí en 2020.
La crisis política, económica y social se mantiene, con un régimen en el poder que se desploma y un pueblo que, a pesar de las dificultades, sigue buscando un cambio.
En las costas del mar Caribe, un pescado, al igual que Rodrigo de Triana, grita con una voz alta e inteligente: "¡Ahí viene el lobo!".
DC / Abogado Joaquín Chaparro Oliveros / Demócrata Cristiano.&
El régimen sigue adelante con sus planes políticos, utilizando procesos electorales que la comunidad internacional ha catalogado como una "simulación democrática", con trabas para la oposición y la inhabilitación de figuras políticas con alta conexión con la sociedad civil.
La tensión con Estados Unidos ha continuado e, incluso, ha aumentado en ciertos momentos como ahora. Se han reportado despliegues militares de EE. UU. en el Caribe para combatir el narcotráfico, lo que ha sido interpretado como una medida de presión contra el régimen.
Aunque una intervención militar directa no parece ser un escenario probable según los expertos, la estrategia de Estados Unidos, especialmente bajo la administración de Donald Trump, ha buscado crear presión e incertidumbre a través de sanciones económicas y medidas legales para forzar una transición.
La crisis interna: gasolina, agua y electricidad
Lamentablemente, los problemas de servicios públicos que el artículo de 2020 señalaba persisten en 2025. Los informes indican que la población sigue enfrentando largas colas para la gasolina, cortes constantes de electricidad y escasez de agua potable.
Se ha documentado que la falta de respuestas por parte de las autoridades ha provocado un aumento de las protestas sociales, muchas de ellas "silentes", donde los ciudadanos reclaman por sus derechos y la mejora de sus condiciones de vida.
El artículo de 2020 concluía con un llamado a la unidad y a la transición. La situación actual muestra que la lucha por los derechos civiles y políticos sigue siendo un foco de conflictividad social en el país.
Si bien la oposición ha buscado estrategias innovadoras para enfrentar el autoritarismo, la represión ha aumentado y el espacio cívico se ha reducido debido a las violaciones de los derechos humanos.
A pesar de esto, la comunidad internacional y las organizaciones de la sociedad civil continúan apoyando a la población y pidiendo el restablecimiento de las garantías democráticas.
En resumen, la realidad de 2025 en Venezuela, si bien ha tenido algunas variaciones, sigue reflejando muchos de los desafíos que describí en 2020.
La crisis política, económica y social se mantiene, con un régimen en el poder que se desploma y un pueblo que, a pesar de las dificultades, sigue buscando un cambio.
En las costas del mar Caribe, un pescado, al igual que Rodrigo de Triana, grita con una voz alta e inteligente: "¡Ahí viene el lobo!".
DC / Abogado Joaquín Chaparro Oliveros / Demócrata Cristiano.&
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