Marabinos aseguran que el encarecimiento de los productos de la cesta básica los ha obligado a reducir porciones y eliminar de su dieta diaria la proteína.
Maracaibo. “Ahora comemos menos”. Asi cuenta Sonia Ortiz, una maestra de primaria, mientras compraba tres dólares de recorte de pollo en el mercado Los Plataneros, al oeste de la capital zuliana. La devaluación del bolívar frente al dólar, ha causado que su grupo familiar, integrado por dos adultos y dos niños, reduzca las porciones de las comidas diarias.
“La situación ha empeorado, ahora comemos arroz nosotros, los padres, comemos arroz con queso, arepa con mantequilla o granos, para que los niños puedan comer una presita de pollo y rinda. Si comemos todos, no alcanza”, dijo la mujer mientras sostenía de la mano al menor de sus hijos.
Sonia, al igual que otras madres consultadas, rinde la proteína con verduras, porque el incremento del dólar ha disparado los precios del pollo y la carne en Maracaibo. Los cortes de res de primera pasaron de siete a 10 dólares y los de segunda, de seis a nueve dólares; mientras que el pollo, que sigue siendo la proteína más barata, alcanza los 2.5 dólares el kilo.
Lo mismo pasa con el queso que va desde los cinco a los siete dólares el kilo y los huevos, dependiendo si son pequeños o triple A, de cinco a siete dólares el cartón.
“Hoy pagaron la pensión y un mes de aguinaldo, 260 bolívares y decime vos ¿para qué me alcanza eso? Comeremos hallacas de chifao y arroz con caraotas, si acaso”, exclamó Victoria Urdaneta, una pensionada del seguro social que dedicó 40 años al sector salud.
Aumento de la canasta alimentaria
La Cámara de Comercio de Maracaibo, a través de su Unidad de Información y Estadísticas, dio a conocer los resultados del estudio sobre el costo de la Canasta Alimentaria correspondiente a octubre de 2024.
La inflación acumulada de enero a octubre de 2024 en bolívares se situó en 27,79 %, según la Cámara de Comercio local.
Irregularidades
Los zulianos han denunciado una nueva modalidad de oferta engañosa en expendios de comida, ventas de repuestos y electrodomésticos.
“Ofrecen los productos a tasa BCV por las redes, pero cuando vas a comprar te consigues con que si pagas en divisas es más barato. Esta semana fui a comprar un ventilador que estaba ofertado en 20 dólares solo en divisa, si lo pagaba en bolívares me salía en 27 dólares. Es increíble pero nadie hace nada, lo mismo pasa con la comida en las cadenas de supermercados”, dijo Jhonny Urdaneta.
La Cámara de Comercio dijo que basados en la recopilación de datos en 12 establecimientos comerciales y mercados populares de Maracaibo, su unidad de estadística analizó 47 productos de la Canasta Alimentaria Normativa (CAN), definida por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“Los resultados revelan una presión sostenida sobre los costos alimentarios, incluso en dólares. Este comportamiento mixto en los precios de los alimentos evidencia los retos que enfrenta la economía local, marcada por una alta volatilidad cambiaria y presiones inflacionarias persistentes”, se lee en el documento
Hay que rendir la comida
Mauro Nieto tiene seis meses buscando trabajo, dice que desde que se graduó, hace un año, de diseñador gráfico, no ha logrado conseguir trabajo en su campo, ni en ningún otro.
La preocupación del profesional de 40 años es el bienestar de su padre, debido a que ambos deben sortear su alimentación para aguantar la ola de aumentos en los precios de la comida.
“Ahora hay que rendir más todavía la comida. En casa somos papá y yo, me da impotencia no poder aportar dinero para comer mejor pero no consigo trabajo en ninguna parte, para mí es un tema de discriminación por la edad. Lo cierto es que nos estamos bandeando con la pensión de mi padre, es el único ingreso que tenemos”, dijo.
Mauricio, su padre cobra el bono de guerra por 4000 bolívares mensuales, más 130 bolívares como pensionado del Ministerio de Transporte y Comunicaciones.
“Trato de comprar pollo para que coma, yo resuelvo mis comidas con granos o vegetales. Igual en la cena, le doy a papá el queso y yo relleno las arepas con tomate y aceite”, reveló el hombre.
Mauro dijo que la quincena pasada logró comprar siete hilos de pollo, esta quincena solo compró cinco kilos.
“Todo aumentó, antes compraba verduras para un mes, ahora solo compré para una semana, si acaso. Porque además el viejo necesita medicinas y ese es otro gasto”, lamentó Nieto.
Mientras los zulianos andan de corre corre y cazando ofertas válidas para rendir las pensiones, salarios y utilidades, los comerciantes están desesperados para evitar la quiebra. Mientras tanto la opción que sigue vigente es la de reducir las porciones de comida.
“En casa comenzamos dejando de desayunar los adultos, ahora el plato cada vez está menos lleno para el almuerzo y el que se comía dos arepas para la cena, ahora se come una. Esto si es duro, trabajar tanto para morir de mengua”, sentenció Sonia antes de pagar las cuatro presas de pollo en Los Plataneros.
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