El fallecimiento este martes a los 89 años de Gabriel Escarrer Juliá, impulsor de Meliá, supone la pérdida de la personalidad que se convirtió en el motor de la economía cubana durante cerca de cuarenta años como padre de su industria hotelera.
Escarrer se erigió en el primer gran inversor internacional en aliarse con Fidel Castro para implementar un plan que permitiese a la isla tener una fuente de divisas a fin de convertirse en el sustento de una sociedad sin exuberancias materiales.
Convertido desde entonces en el hotelero con más camas en todo el país, pagó un enorme peaje por ello en forma de vetos desde la primera potencia mundial y múltiples litigios que le hicieron perder muchas oportunidades de enriquecerse.
Escarrer se alzó como una figura diplomática clave en las relaciones de
El impulsor de Meliá mostró la forma de operar bajo condiciones extraordinarias y allanó con ello el aterrizaje de otros gigantes de los resorts con el peso que hoy representan para la isla cadenas como la de Sunwing o la de Iberostar.
Sin esta apuesta decidida e inquebrantable a cualquier presión la evolución social y económica de Cuba muy probablemente no hubiese sido mejor, ni su producto para turistas habría logrado avanzar en unos mínimos de calidad (Fotos – La vida de Escarrer, el gran impulsor mundial de los resorts).
El compromiso de Escarrer con la isla, como vino revelando REPORTUR.mx, ha tenido continuidad con su heredero homónimo, respaldado tanto por el presidente Miguel Díaz-Canel como por el primer ministro Manuel Marrero, anterior responsable de Turismo durante más de una década.
Las autoridades cubanas han considerado al impulsor de Sol Meliá como el gran referente internacional en perseverar pese a todo en su confianza en la sociedad isleña, con los símbolos del Cohiba en La Habana o su presencia en Varadero, Trinidad o Los Cayos.
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