Venezuela es un Estado sin árbitro - RAMON PIÑANGO

FOTO: KAREN PARADAS

La militarización del país ha sido intensa, progresiva y, en este momento, importante sobre los ámbitos que abarca.

Así lo dice el Dr. Ramón Piñango -doctor en educación por la Universidad de Harvard y con master en sociología en la educación por la Universidad de Chicago, Estados Unidos-, en una de las salas de EL IMPULSO, a donde vino a dictar una conferencia sobre la situación del país.

Subraya las palabras pronunciadas por el presidente Nicolás Maduro, el lunes de la semana pasada, cuando anunció:

“Todos los ministerios, todos los ministros y ministras, todas las instituciones del Estado quedan bajo el orden y la subordinación absoluta del comando nacional de la Gran Misión de Abastecimiento Seguro, bajo el mando del Presidente de la República y bajo el mando del general en jefe Vladimir Padrino López”.

-¿Qué explicación podemos tener de esa decisión presidencial, mediante la cual Maduro cede sus competencias al ministro de la Defensa, porque a éste los demás ministros y representantes de todos los organismos de la administración pública le van a rendir cuentas? -le preguntamos al Dr. Piñango, quien cosideramos ya esperaba esa interrogante cuando comenzamos a hablar de la militarización de Venezuela.

-El nombramiento del general Padrino López como ministro de la Defensa, que abarca mucho más, plantea serias interrogantes. La primera es: ¿El Presidente Maduro lo llamó? O, la segunda, ¿Padrino, fue a donde Maduro, y le dijo: Aquí debo estar yo?

¿Cómo habrá sido?, se pregunta y seguidamente comenta: Porque esa es una pregunta clave. De alli se derivan muchas cosas. Probablemente, dice, fue la segunda.

El Dr. Piñango aclara que no tiene información privilegiada, ni nada por el estilo, pero advierte que ya ha circulado una serie de comentarios en las redes sociales sobre el particular.

Existe la posibilidad de que Padrino se insinuó, entre comillas, diciendo: Yo puedo ser útil para usted. Aquí me necesita.

Estoy inventando unas palabras, dice sonriente el docente universitario. Pero, probablemente lo sugirió. Si fue así, eso evidencia lo que se comienza a ver: una intensa lucha entre grupos diferentes en las fuerzas armadas. Ahora está más claro que nunca.

La fuerza armada no es monolítica.

Siempre es bueno descubrir la heterogeneidad en el otro.

Tendemos a ver a los demás de una sola forma. A los políticos igualitos todos, a los militares igualitos todos y en general, no se buscan diferencias.

Volviendo al principio, los militares son importantes. Que nos guste o no, esa es otra cosa. Aunque somos civilistas, el hecho es que tenemos a militares en el poder.

-¿No le parece que son demasiados?

-¿Cuánto son demasiados?

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