Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 25 de julio de 2016

¿Revolución Humanista?- Neuro J. Villalobos Rincón / Exrector de LUZ


“La locura fatal perturba el alma de los individuos que  se dejan arrastrar por el torbellino de las revoluciones.” Romain Rolland.

Se necesita tener mucho veneno en el alma. Se requiere acumular demasiado resentimiento espiritual para que llegada la ocasión de hacer el bien a nuestros semejantes, nos neguemos a ello. Este régimen, con Chávez y Maduro a la cabeza, tuvieron la oportunidad de hacer del país un lugar de ensueño, donde solo faltara Alicia. Un gran apoyo popular; una gran admiración internacional; todos los recursos materiales y monetarios, en divisas y en bolívares, y lo ha perdido todo. Esta “revolución” con sus desvaríos y extravíos se burló del pueblo; nos ha hecho perder el rumbo y buena parte de nuestro destino como nación.

Además de la igualdad ante Dios y ante la Ley, la verdadera razón que nos iguala es reconocernos como humanos y tratarnos como tales; pero, existen hombres cuyas sombras reflejan a una bestia y pareciera que muchos de ellos están gobernando y se regocijan con el poder.

Negarse a recibir la ayuda humanitaria cuya necesidad es evidente ante el cuadro de inanición y la aceleración de la muerte de muchos venezolanos por falta de alimentos y medicamentos no es de humanos, sólo puede obedecer a mentes retorcidas y diabólicas. La actitud del gobierno nos confirma que todas las revoluciones son terribles por mucho humanismo que promuevan propagandísticamente. Razón tenía Martin Heidegger al manifestar una desconfianza radical del término “humanismo”, porque no solo remite a la noción puramente metafísica del hombre, sino, porque además, decía él, cada vez que se ha usado el término, ha sido discriminatoriamente para señalar que los verdaderamente humanos somos nosotros y negar la humanidad de los demás.

Igualmente, debemos desconfiar de la palabra “pueblo”, detrás de la cual esconden sus más obscuros propósitos la mayoría de las revoluciones. El pueblo es masa fácilmente manipulable; por eso no se refieren a los ciudadanos, porque son individuos conscientes de sus derechos y deberes. En ese sentido, Daisaku Ikeda, gran líder budista japonés nos expresa lo siguiente: “En nuestro mundo, cada vez más orientado a la democracia, hay gran número de líderes que invocan el nombre del pueblo. Sin embargo, ¿cuántos realmente están trabajando del lado del pueblo y en beneficio de la gente?. Muy a menudo, estos líderes tan solo juegan con las multitudes, a quienes desprecian en su fuero interno y utilizan para sus propios fines.”

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