El contrabando en nuestras fronteras no es un fenómeno nuevo ni de efectos desconocidos para las autoridades locales, regionales y nacionales y mucho menos para sus habitantes, por años las economías de los fronterizos estados Táchira y Zulia han estado dinamizadas por esta actividad, una de las causas es la falta de oportunidades de trabajo para la población que viven en estas zonas lo que la han obligado a dedicarse al contrabando. Los zulianos por años hemos visto esta actividad en los municipios Mara y Guajira y las autoridades venezolanas han tenido hasta cierto punto una actitud complaciente y de colaboración con los habitantes de la zona. Las mercancías que se contrabandeaban eran alimentos, textiles, licores, perfumes y existían en el Mojan grandes mercados al aire libre donde los marabinos compraban esos artículos, este contrabando tenia una característica, era de introducción y entraba por Colombia.
En estos últimos catorce años, se observa una nueva situación en la frontera, aparecen como protagonistas dos nuevas mercancías, la cocaína y la gasolina, el tema de la cocaína por su extrema complejidad lo trataremos en otra oportunidad, por ahora nos interesa el tema de la gasolina, que es la noticias que tiene a los zulianos preocupados por sus consecuencias en la seguridad de las personas y las molestias que trae la instalación de un sistema electrónico de control (Chip) de expendio de gasolina en el estado por parte PDVSA.
Según información del propio Ministerio de Energía y Petróleo el comercio ilegal de gasolina se presenta en ocho estados, pero el problema más grave se presenta en Táchira y el Zulia. Hay despachos que van del estado Bolívar a Brasil; en Falcón salen embarcaciones que trasladan combustibles a islas del Caribe; de Sucre y Delta Amacuro se envían pimpinas por vía marítima a Trinidad y Tobago y Guyana. También desde Apure y Amazonas se hacen ventas a Colombia.
Frente a esta situación el gobierno nacional diseña una política de control del contrabando de la gasolina a través de nuevas y modernas acciones y políticas, con no muy sanas intenciones. Convoca a las cooperativas que existen en el Zulia específicamente en la guajira y les promete unos cupos de gasolina para que las comercialicen en la frontera colombo-venezolana, por supuesto la población wayuu se integró a esta propuesta por los márgenes de ganancia que daba la venta de gasolina a Colombia, el problema es que en la zona había otros actores (FARC, Paramilitares y GNB) que vieron la posibilidad de ponerse en ese negocio a cualquier precio y así lo hicieron, en detrimento de los wayuu.