Maracaibo, Maracaibo, Maracaibo mía diría nuestro insigne poeta Udón Pérez. Ella siempre ha sido pujante y emprendedora, no en balde ya para el año de 1888 fue pionera en Venezuela y Latinoamérica, de servicios modernos como la electricidad, el teléfono y hasta los tranvías. También para asombro de propios y extraños en esos días, de su terruño brotó aquel gran empuje cultural y educativo que dieron pie a la apertura de nuestro Teatro Baralt y por supuesto nuestra Universidad del Zulia.
Desde su entrada a la modernidad hasta los años en que dado el desarrollo y consolidación de los gobiernos democráticos, por allá por los años 1988 y 1989, se iniciaron procesos de reformas a leyes y ordenanzas, que le permitieron a los marabinos la elección directa de su Alcalde, por el voto de los ciudadanos, la ciudad como antes nunca había dado un vuelco como ese, en cuanto a su urbanismo y su entorno socio cultural.
Con la primera elección de Gobernadores y Alcaldes nuestra urbe dio un salto significativo. Por primera vez los que habitamos por estas tierras, tuvimos conocimiento de la nueva figura jurídica y administrativa conocida como el PDUL, que en si fue el primer Plan de Desarrollo Urbano Local con que contó la Ciudad. Además estos nuevos aires de autonomía y descentralización municipal, hizo posible que se iniciara en paralelo, lo que siempre había sido un sueño para los coterráneos: la transferencia de competencias en algunas aéreas importantes, que hasta ahora eran manejadas por el poder central.
Con la trasferencia de competencia y la autonomía municipal, Maracaibo obtuvo del poder central para siempre la administración y conservación del gran parque recreacional y de hermosas aéreas verdes, conocidos como La Vereda del Lago. Así mismo estos avances en la nueva gerencia pública del municipio, permitió que desde la figura del Alcalde y su nuevo poder, se establecieran convenios crediticios con organismos multilaterales como el Banco Mundial y la mismísima ONU para ser invertidos en obras como los llamados Corredores Viales de Maracaibo.
Incluso bajo la administración de uno de sus últimos Alcalde, que a pesar de acompañar al gobierno centralista, enemigo de los procesos autonómicos de los municipios, se logró temporalmente la trasferencia de competencias administrativas del complejo deportivo adscrito al gobierno central, y eso permitió que en aquí en el majestuoso Pachencho Romero, se realizará además con un rotundo éxito el campeonato de futbol Copa América 2007.
Todo esto viene a colación, porque Maracaibo al igual que la gran mayoría de las más de trescientas Alcaldías del país, en esta última década ha venido siendo victima del mayor despojo visto a la autonomía municipal, a través de torniquetes presupuestarios y artilugios jurídicos, como las inconstitucionales leyes del poder popular y comunal. Ya la propia Constitución en su Artículo 168 establece taxativamente que los Municipios, gozan de personalidad jurídica y autonomía dentro de los límites de esta Constitución y de la ley.
Ahora bien, con un gobierno que aun en sus estertores y con un candidato reeleccionista, que insiste entre sus propuestas electorales, en la radicalización de su manía centralizadora, por supuesto que a los municipios del país los coloca al borde del abismo. De allí lo urgente y necesario de un cambio de rumbo, de una nueva gestión nacional, que ponga el énfasis en la descentralización y la autonomía municipal, como instrumentos reales de empoderamiento del poder popular y ciudadano. Sólo así le daremos progreso urbano a Maracaibo y al resto de las ciudades del país.