Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

6.3.12

El progreso urbano de Maracaibo / Por Douglas Zabala

Maracaibo, Maracaibo, Maracaibo mía diría nuestro insigne poeta Udón Pérez.   Ella siempre ha sido pujante y emprendedora,  no en balde ya para el año de 1888 fue pionera en Venezuela y Latinoamérica,  de servicios modernos como la electricidad, el teléfono y hasta los tranvías.  También para  asombro de propios y extraños en  esos días, de su terruño brotó aquel gran empuje cultural y educativo que dieron pie a la apertura de nuestro Teatro Baralt y por supuesto nuestra Universidad del Zulia.

Desde su entrada a la modernidad hasta los años en que dado el desarrollo y consolidación de los gobiernos democráticos, por allá por los años 1988 y 1989,  se iniciaron procesos de reformas a leyes y ordenanzas, que le permitieron  a los marabinos la elección directa de su Alcalde,  por el voto de los ciudadanos,  la ciudad como antes nunca había dado un vuelco como ese, en cuanto a su urbanismo y su entorno socio cultural.

Con la primera elección de Gobernadores y Alcaldes  nuestra urbe dio un salto significativo.  Por primera vez los que habitamos por estas tierras, tuvimos conocimiento de la nueva figura jurídica y administrativa conocida como el PDUL, que en si fue el primer Plan  de Desarrollo Urbano Local con que contó la Ciudad.  Además estos nuevos aires de autonomía y descentralización municipal, hizo posible que se iniciara en paralelo, lo que siempre había sido un sueño para los coterráneos: la transferencia de competencias en algunas aéreas importantes, que hasta ahora eran manejadas por el poder central.

Con la trasferencia de competencia y la autonomía municipal, Maracaibo obtuvo del poder central para siempre la administración y conservación del gran parque recreacional y de hermosas aéreas verdes, conocidos como La Vereda del Lago.  Así mismo estos avances en la nueva gerencia pública del municipio,  permitió  que desde la figura del Alcalde y su nuevo poder, se establecieran convenios crediticios con organismos multilaterales como el Banco Mundial y la mismísima ONU para ser invertidos en obras como los llamados Corredores Viales de Maracaibo.

Incluso bajo la administración de uno de sus últimos Alcalde, que a pesar de acompañar al gobierno centralista, enemigo de los procesos autonómicos de los municipios, se logró temporalmente la trasferencia de competencias administrativas  del complejo deportivo adscrito al gobierno central,  y eso permitió que en aquí  en el majestuoso Pachencho Romero, se realizará además con un rotundo éxito el campeonato de futbol Copa América  2007.

Todo esto viene a colación,  porque Maracaibo al igual que la gran mayoría de las más de trescientas  Alcaldías del país, en esta última década ha venido siendo victima del mayor despojo visto a la autonomía municipal, a través  de torniquetes presupuestarios y artilugios jurídicos, como las inconstitucionales leyes del poder popular y  comunal.  Ya la propia Constitución  en su Artículo 168  establece taxativamente que los Municipios, gozan de personalidad jurídica y autonomía dentro de los límites de esta Constitución y de la ley.
Ahora bien, con un gobierno que aun en sus estertores y con un candidato reeleccionista,  que insiste entre sus propuestas electorales,  en la radicalización de su manía centralizadora, por supuesto que a los municipios del país los coloca al borde del abismo.  De allí  lo urgente y necesario de un cambio de rumbo, de una nueva gestión nacional, que ponga el énfasis en la descentralización y la autonomía municipal, como instrumentos reales de empoderamiento del poder popular y ciudadano.  Sólo así le daremos progreso urbano a Maracaibo y al resto de las ciudades del país.