Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

19.12.25

El canciller alemán que quiere pisar fuerte en Europa


Friedrich Merz cree que el mundo necesita una Alemania más fuerte. Todavía está buscando la forma de hacerlo.

Cuatro hombres con traje, ante un cuadro.
Credit...Kenny Holston/The New York Times

Cada vez que vuelvo a Alemania, me sorprende lo mucho que ha cambiado en la última década. Ha dejado de lado su profunda aversión de posguerra al liderazgo militar y está invirtiendo muchos miles de millones en su rearme. Ha dejado de lado su aversión igualmente profunda a la deuda, abandonando recientemente los límites de préstamo que solían ser intocables. También está dejando cada vez más de lado cualquier reparo a votar por un partido de extrema derecha: el partido Alternativa para Alemania (AfD) es actualmente la segunda fuerza parlamentaria.

Otra cosa que ha cambiado: ¡Los cancilleres alemanes hablan ahora con The New York Times! Angela Merkel nunca nos concedió una entrevista, ni a mí ni a mi predecesor; todas las plazas de su avión estaban reservadas para la prensa alemana. Me pregunté si eso reflejaba algo sobre algún cambio de la posición de Alemania en un mundo en el que Estados Unidos es a la vez crucial para el futuro de Europa y un socio cada vez más errático. Como descubrió Jim, Merz sigue teniendo una fe constante en el pueblo estadounidense.

Puedes leer el perfil de Jim sobre Merz aquí. Nuestra conversación sigue a continuación.

Katrin: Alemania es el país más rico de Europa y, por tanto, tiene una especie de liderazgo implícito. O, al menos, Angela Merkel lo tuvo durante mi época al frente del buró. ¿Dirías que eso sigue sucediendo con Friedrich Merz?

Jim: Yo diría que sí, por una especie de proceso de eliminación. Veamos los otros países importantes. En el Reino Unido, Keir Starmer está pasando verdaderos apuros en casa. Su gobierno está sometido a mucha presión. En Francia ocurre lo mismo con Emmanuel Macron. Es una especie de mandatario saliente.

Así que Merz, por el mero hecho de ser canciller alemán, tiene un papel destacado. Pero también ha intentado desempeñarlo. Una de las cosas más sorprendentes del primer medio año de mandato de Merz es lo mucho que se ha inclinado hacia la política exterior, y en particular hacia la idea de intentar ser el gran hombre de Europa.

No siempre ha funcionado. También es bastante impopular en su país. Y también se enfrenta a un partido de extrema derecha en ascenso. Pero, en conjunto, sigue estando mejor posicionado que otros posibles líderes del continente, sobre todo por el dinero que puede gastar. Y creo que está intentando aprovecharlo, especialmente en lo que respecta a Ucrania.

¿Merz y los demás europeos tienen alguna estrategia sobre Ucrania? Por mucho tiempo, parecía que se trataba simplemente de “apoyaremos a Ucrania cueste lo que cueste, durante el tiempo que haga falta”. Pero creo que todo el mundo es consciente de que se está acabando el tiempo de ese compromiso. ¿Qué piensan ahora?

Cuando hablas con personas cercanas a estas conversaciones, todos son muy conscientes del ciclo en el que se encuentran desde hace meses. Los ucranianos y los estadounidenses se reúnen, conversan y llegan a un acuerdo. Los estadounidenses vuelven y se lo presentan a los rusos. Los rusos dicen que no, y entonces convencen a Estados Unidos, y sale un acuerdo totalmente diferente, que es mucho menos favorable para Ucrania. Luego Merz y sus colegas líderes europeos vuelven a trabajar con Trump para intentar apartarlo de Rusia. Es básicamente como una órbita elíptica en la que Trump se acerca a Putin y luego vuelve a acercarse a Europa y luego a Putin y viceversa. Y el verdadero reto es salir de esa órbita.

Aun así, Merz cree que la estrategia tiene que ser: mantener a Estados Unidos comprometido e intentar persuadir a Donald Trump de que le interesa ponerse del lado de Ucrania. Puedes criticar esa estrategia, puedes aplaudirla, pero es por lo que apuestan.

Conocí a Merz antes de que fuera canciller, y siempre sentí en él una vibra de la década de 1990. Ya sabes, al estilo de la República Federal de Alemania. Hace poco lo acompañaste en su avión. ¿Qué clase de persona es?

Sí, lo sentí un poco como una reminiscencia. En particular, siente una profunda admiración por un Estados Unidos que recuerda a otra época. Pasó mucho tiempo en Estados Unidos. Hablaba con mucho cariño de sus viajes allí. Le gusta especialmente Arizona.

Creo que todo el tiempo que pasó allí le ha dado lo que podríamos considerar una visión idealista del país de la década de 1990. Apuesta por que Estados Unidos, al final, se pondrá del lado de los buenos cuando se trate de Ucrania. Me pareció interesante, aunque no estoy seguro de que sea cierto.

Otra cosa que noté: estoy acostumbrado a los políticos estadounidenses, ya sea Trump o Joe Biden, que tienen un cierto tipo de encanto presidencial que echan a andar con los periodistas. Y realmente no tuve la sensación de que Merz intentara cautivarme. Quizá sea una diferencia cultural, pero no parecía que estuviera jugando a ser político. Solo quería hablar de economía y de Ucrania.

Jim, antes de venir a Alemania, cubrías la política y la economía mundial desde Washington, D. C. ¿Qué fue lo que más te sorprendió cuando llegaste?

Lo que más me sorprendió fue hasta qué punto cubrir Alemania ha sido en realidad muy parecido a mi antiguo trabajo. La sombra de Trump está en todas partes. La economía alemana depende mucho más de los caprichos de la política comercial de Trump de lo que yo esperaba al llegar. Y, ciertamente, la cancillería de Merz ha estado más dominada por sus respuestas a Trump que por la migración o la economía o un montón de otras cuestiones internas para las que yo me estaba preparando. Donald Trump ocupa un lugar muy, muy importante aquí.

https://www.nytimes.com/es/

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