Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 18 de noviembre de 2025

REINA DEL PUEBLO Por Douglas Zabala



"Entre una lluvia de flores se pasea una princesa y San Juan de Dios le reza cánticos de poesía. Yo la vi que sonreía placentera y satisfecha por la gran calle derecha a mi pueblo bendecía".

 

En el siglo XVIII la ciudad de Maracaibo era un Puerto de relativa importancia dentro del Virreinato de la Nueva Granada. Es en este escenario cuando el 18 de noviembre de 1709 una lavandera de nombre María Cárdenas, se encontró una pequeña tablita que las olas habían depositado a sus pies, probablemente procedente del cargamento de algún barco mercante.

 

En mi Barrio Saladillo cuando se acercaba el día de la Chinita, desde muy temprano se prendía algarabía.  En mi calle los Biombos Nerio y el Gallo andaban pá arriba y pa bajo con la escalera, y detrás Telemina, Chinquita, mi Madre Margarita y las otras mujeres, la iban poniendo bonita con guirnaldas y adornos pá cuando pasara la Procesión.

 

En esos días, a nuestros abuelos les daba por echar el cuento de que la Casa donde se hizo el Milagro de la Virgen de Chiquinquirá, estaba ubicada en la Calle El Milagro, precisamente llamada así por el Milagro de la Tablita.

 

Un 16 de julio de 1917 a través de un Breve Pontificio, El Vaticano confirió al Monseñor Arturo Celestino Álvarez, Obispo del Estado Zulia, la autoridad para coronar canónicamente la imagen, declarando: "Te conferimos el poder para que el día en que mejor te pareciere, coloques sobre la sacratísima cabeza de la venerada imagen de la Chinita, una Corona de Oro".

 

Así, la tablita encontrada por María Cárdenas en la inmensidad del Lago completaba su viaje, desde la orilla de la fe simple hasta el altar del reconocimiento universal aquel 18 de noviembre.

 

Cuando arrancaba la procesión, la Chinita a veces bajaba por el callejón de San Juan de Dios y su primera parada la hacía en la tienda de Adalberto Bracho, La VOC.  Allí Ricardo Aguirre, Nerio Matheus y Moisés Martínez le cantaban: "En lo profundo del alma, eres lo más consagrado, eres el sol coronado de estrellas de luna y palma".

 

Los dejo, voy a ver en Procesión a mi Reina Morena, Reina del Pueblo.

 

"Entre una lluvia de flores se pasea una princesa y San Juan de Dios le reza cánticos de poesía. Yo la vi que sonreía placentera y satisfecha por la gran calle derecha a mi pueblo bendecía".

 

En el siglo XVIII la ciudad de Maracaibo era un Puerto de relativa importancia dentro del Virreinato de la Nueva Granada. Es en este escenario cuando el 18 de noviembre de 1709 una lavandera de nombre María Cárdenas, se encontró una pequeña tablita que las olas habían depositado a sus pies, probablemente procedente del cargamento de algún barco mercante.

 

En mi Barrio Saladillo cuando se acercaba el día de la Chinita, desde muy temprano se prendía algarabía.  En mi calle los Biombos Nerio y el Gallo andaban pá arriba y pa bajo con la escalera, y detrás Telemina, Chinquita, mi Madre Margarita y las otras mujeres, la iban poniendo bonita con guirnaldas y adornos pá cuando pasara la Procesión.

 

En esos días, a nuestros abuelos les daba por echar el cuento de que la Casa donde se hizo el Milagro de la Virgen de Chiquinquirá, estaba ubicada en la Calle El Milagro, precisamente llamada así por el Milagro de la Tablita.

 

Un 16 de julio de 1917 a través de un Breve Pontificio, El Vaticano confirió al Monseñor Arturo Celestino Álvarez, Obispo del Estado Zulia, la autoridad para coronar canónicamente la imagen, declarando: "Te conferimos el poder para que el día en que mejor te pareciere, coloques sobre la sacratísima cabeza de la venerada imagen de la Chinita, una Corona de Oro".

 

Así, la tablita encontrada por María Cárdenas en la inmensidad del Lago completaba su viaje, desde la orilla de la fe simple hasta el altar del reconocimiento universal aquel 18 de noviembre.

 

Cuando arrancaba la procesión, la Chinita a veces bajaba por el callejón de San Juan de Dios y su primera parada la hacía en la tienda de Adalberto Bracho, La VOC.  Allí Ricardo Aguirre, Nerio Matheus y Moisés Martínez le cantaban: "En lo profundo del alma, eres lo más consagrado, eres el sol coronado de estrellas de luna y palma".

 

Los dejo, voy a ver en Procesión a mi Reina Morena, Reina del Pueblo.

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