Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 17 de noviembre de 2025

La Crisis, la militarización y los bajos sueldos profundizan la desesperanza en la población venezolana, dijo Mireya Lozada



Cuando las personas sufren de desesperanza aprendida sienten que nada que puedan hacer les va a cambiar las dificultades por las cuales han venido atravesando, o lo que ya han hecho no les ha dado resultado alguno, expresa la doctora Mireya Lozada, psicóloga social, al ser entrevistada por El Impulso.

Eso está ocurriendo porque la población está afectada, hace mucho tiempo, por problemas nacionales de conflictividad política y de crisis económica, agravados por los anuncios de que el país está enfrentando a una conmoción exterior por desplazamientos de naves extranjeras cerca de las costas venezolanas.

También desde hace cierto tiempo hay una situación compleja por un enorme problema humanitario con respecto a alimentaciónsalud y educación.

Indudablemente, la población está siendo afectada por diferentes problemas y sobre todo el de los bajos ingresos por concepto del salario, ya que a los trabajadores no les alcanza el dinero que está percibiendo por la realización de sus actividades laborales.

La opinión generalizada es que el salario no alcanza para cubrir las necesidades más esenciales del trabajador o trabajadora y la de su familia. Se observa que la gente en general se cansa de estar esperando salidas que le permitan ir solucionando sus dificultades y todo parece indicar que está agotada la población.

Ese agotamiento, explica, tiene efectos sobre su estado anímico porque disminuye enormemente su estado de alegría, sus momentos de placer y la oportunidad de compartir con sus compañeros laborales porque, prácticamente, está sometido a presiones fuertes.

Al ser consultada en torno al pavor que pueden provocar anuncios y medidas de movilización de efectivos armados por una presunta amenaza de guerra, la doctora Mireya Lozada expresa que la sensación de temor respecto a lo que puede ocurrir se generaliza a partir de rumores.

En ese sentido comenta que aunque no necesariamente haya una amenaza real y concreta, la gente teme que puede haber un peligro cuando continuamente está recibiendo rumores.

El tema de la militarización del país también ha tenido que ver últimamente con la desesperanza aprendida porque si ya la población tenía una sensación crítica por lo que ha venido pasando, evidentemente, se generan sobresaltos cuando se tiene conocimiento de que hay funcionarios preparándose para algo que no se sabe qué puede ser.

Se generan alarma y temores porque padres y madres de inmediato sienten preocupación por sus familias y, como es natural, piensan qué pueden hacer para proteger a los integrantes de su familia, ya que se ignora lo que pueda ocurrir.

La doctora Lozada hace hincapié en el problema humanitario, especialmente porque con respecto a la alimentación no puede atender debidamente esta responsabilidad, debido precisamente a que sus ingresos no son los suficientes.

La salud, como todos sabemos,  es un servicio indispensable que cada vez  requiere mayores recursos económicos porque, sobre todo los medicamentos, son costosos y, en consecuencia, difícil de adquirirlos.

Innumerables son las personas que requieren  disponer de moneda extranjera para que les efectúen sus tratamiento o una intervención quirúrgica. Y la educación es un problema muy grave, ya que se redujo en cantidad de horas y en los momentos hay casi cuatro millones de niños y jóvenes que no asisten a los planteles.

Seguidamente se pregunta: ¿Qué futuro le espera a esos niños y jóvenes que no están recibiendo educación? Porque la escuela no es solamente lo que se enseña, sino lo que se aprende con los otros estudiantes y a éstos no los ven porque no están intercambiando con quienes tienen que ser sus compañeros de clases.

Además de que no están compartiendo la vida social que se da en la escuela, tampoco pueden ver a sus educadores, observa. Si en algún momento sienten angustia, pueden compartir ese problema con sus profesores y con sus compañeros; pero, aislados como están por hallarse fuera de las instituciones educativas, esos niños y jóvenes no tienen a dónde acudir.

El problema educativo es muy grave, asienta. Por una parte, no se está atendiendo a tantos niños y jóvenes que merecen ser educados y formados para que puedan convertirse en ciudadanos útiles en el futuro, pero lamentablemente eso no está ocurriendo porque el Estado no está dando respuesta a esa necesidad.

La doctora Mireya Lozada se refiere a la migración como otro asunto muy complicado, por cuanto han quedado más de un millón de niños y jóvenes al cuidado de abuelo y otros parientes mientras sus padres están trabajando en el exterior, olvidándose el Estado de las personas que ahora tienen la responsabilidad de velar por los que están a su cargo.

Abuelos y demás parientes no pueden asumir una responsabilidad tan seria como es la de estar cuidando sobre todo a niños, ya que las personas de las tercera edad más bien tienen que recibir protección y, en consecuencia, en este aspecto también surge otro problema muy difícil de resolver.

Tradicionalmente los abuelos son cuidados por sus familiares y resulta contraproducente que quienes ameritan atención sean los que estén atendiendo a quienes tienen por delante la vida, añade. Es verdaderamente un problema del cual no podemos ver, ni imaginar las consecuencias.

Se ve a los niños que están, entre comillas, abandonados, porque no están yendo a la escuela, ni tienen a su alrededor a sus progenitores, quienes son los que tienen que transmitirle valores y normas, así como la conveniencia de compartir con sus compañeros de escuela.  Este es, a simple vista, un asunto sumamente grave.

De todo lo que se ha hablado tiene responsabilidad totalmente el Estado venezolano, el cual ha debido analizar detenidamente la forma de resolver los servicios, ya que Venezuela, a pesar de las dificultades que pueda tener, cuenta con enormes recursos, comenzando por el petróleo, y debe existir funcionarios capaces que puedan saber cómo distribuir los ingresos que se perciben en la administración pública.

La especialista en psicología social sostiene el criterio de que debemos todos los ciudadanos combatir la desesperanza aprendida, los temores y cualquier adversidad que se nos presente con la firme disposición de que sí podemos salir adelante.

Todos, sin excepción, tenemos que trazarnos como meta construir el futuro, porque nosotros tenemos capacidad de hacerlo, enfrentando la desesperanza aprendida y todo lo que nos impida avanzar, concluye la doctora Mireya Lozada.

Pacífico Sánchez – El Impulso

https://www.costadelsolfm.org/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario