
El presidente Donald Trump ha desatado una controversia internacional y doméstica al justificar su agresiva estrategia militar contra el narcotráfico marítimo, la cual ha resultado en el hundimiento de 20 embarcaciones sospechosas y la muerte de 80 personas en el Océano Pacífico y el Mar Caribe. El mandatario calificó de "gran fracaso" la política tradicional de la Guardia Costera de Estados Unidos, a pesar de que esta agencia acaba de anunciar un récord histórico de incautaciones de cocaína en el último año.
Trump afirmó el mes pasado que la estrategia de interceptación, que lleva 30 años en vigor, ha sido totalmente ineficaz, .
Críticas de ejecuciones extrajudiciales
Bajo la nueva política impulsada por la administración Trump, las fuerzas militares han atacado embarcaciones sospechosas, argumentando que son operadas por narcoterroristas y miembros de cárteles que transportan drogas letales hacia Estados Unidos.
Sin embargo, esta estrategia ha generado un fuerte rechazo.
Líderes extranjeros y grupos de derechos humanos han expresado preocupación de que Estados Unidos esté incurriendo en ejecuciones extrajudiciales, socavando su prestigio global, reseña una publicación de la agencia Associated Press (AP).
Demócratas y algunos republicanos también han criticado el cambio de táctica.
Veteranos de la guerra contra las drogas y expertos en seguridad nacional coinciden en que los recursos se emplearían mejor intensificando el enfoque tradicional de interceptar embarcaciones de narcotraficantes. Su argumento clave: las tripulaciones capturadas poseen información valiosa sobre rutas y redes. Como reza el dicho, "los muertos no hablan".
Récord de la Guardia Costera ignorado
El anuncio de Trump sobre la ineficacia de la política de interceptar embarcaciones se produce en un momento paradójico para la Guardia Costera. La agencia informó un hito en la lucha contra el narcotráfico, con la incautación de 225 toneladas métricas de cocaína durante el año anterior, lo que representa un aumento de casi 40% sobre el promedio anual de la última década.
La Operación Pacific Viper, que continúa activa, demostró ser un éxito, con la incautación de un cargamento de 38 toneladas por parte del guardacostas Hamilton, la mayor cantidad confiscada por un solo buque en un despliegue.
Los expertos resaltan que el enfoque tradicional ha llevado a los narcotraficantes a Estados Unidos para su procesamiento, recopilando inteligencia valiosa sin pérdidas de vidas y con un coste mucho menor para los contribuyentes estadounidenses.
"Es probable que cada ataque con misiles cueste mucho más que la carga de cocaína" transportada en cada barco, afirmó un experto.
La administración defiende la nueva táctica
Funcionarios de la administración defienden el cambio, argumentando que la alta demanda y la sobreabundancia de la oferta de cocaína requieren una nueva aproximación.
El secretario de Estado, Marco Rubio, defendió la nueva estrategia: “Las interdicciones por sí solas no son efectivas”, y añadió que las organizaciones narcotraficantes ya asumen que pueden perder hasta 5% de sus cargamentos sin que eso las detenga.
Fentanilo vs. cocaína: las exageraciones presidenciales
El presidente Trump ha intensificado la retórica afirmando que los buques atacados transportaban fentanilo y que cada acción militar ha salvado 25.000 vidas estadounidenses.
Sin embargo, expertos y exfuncionarios antidrogas califican estas declaraciones de exageradas o falsas. Estos señalan que la droga que llega desde Suramérica por mar es principalmente cocaína (20.000 muertes por sobredosis el año pasado).
El fentanilo, por su parte, se trafica mayormente por tierra desde México, donde se produce con precursores importados de China e India, y es la principal causa de las muertes por sobredosis de opioides en Estados Unidos.
¿Narcoterroristas o pescadores pagados?
Otra discrepancia surge en la identidad de las víctimas. Mientras la administración Trump sostiene que las tripulaciones son narcoterroristas o miembros de cárteles, la agencia AP investigó y determinó que los 80 fallecidos eran en su mayoría "jornaleros o pescadores que ganaban 500 dólares por viaje".
Agentes del orden y expertos coincidieron en que los contrabandistas capturados son generalmente contratados por poco dinero para mover la droga del punto A al B. “No son precisamente capos”, afirmó Kendra McSweeney, geógrafa de la Universidad Estatal de Ohio.
A pesar de la nueva estrategia, en abril, meses antes de la ofensiva militar, la fiscal general Pam Bondi y el director del FBI Kash Patel habían elogiado un exitoso decomiso de 20 toneladas de cocaína realizado por la Guardia Costera, destacando un "enfoque liderado por los fiscales e impulsado por la inteligencia" para combatir el crimen organizado.
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