Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

viernes, 24 de octubre de 2025

URDANETA, INTEGRIDAD Y LEALTAD Por Douglas Zabala



Rafael José Urdaneta Faria, nació el 24 de octubre de 1788 en la ribera del Lago de Maracaibo, fue desde joven un espíritu inquieto y disciplinado.

 

En 1804, culminados sus estudios iniciales, sus padres lo enviaron a Santa Fe de Bogotá bajo la tutela de su tío Don Martín Urdaneta, Contador Mayor del Tribunal de Cuentas del Virreinato. Allí se formó en la Carrera de la Real Hacienda, pero su vocación lo llevaría por otro camino: el de la libertad.

 

Cuando estalla la rebelión de Caracas el 19 de abril de 1810, Urdaneta se encontraba en Bogotá. Al día siguiente se une a los movimientos rebeldes que se propagaban como pólvora por las capitales del dominio español. Se incorpora como teniente al Batallón de Patriotas de Cundinamarca, y bajo las órdenes del coronel Antonio Baraya, combate en Palacé, Charalá, Ventaquemada y Bogotá.

 

En 1813, ya como Sargento Mayor, lidera el Batallón N° 3 de la Unión. Su temple y lealtad lo acercan a Simón Bolívar, a quien escribe: “General: si con dos hombres bastan para emancipar la patria, pronto estoy a acompañarle a usted”. Así inicia una relación de profunda confianza con el Libertador, que lo llevaría a ser uno de sus más fieles colaboradores.

 

Participa en la Campaña Admirable, en la Batalla de Bárbula, en la toma de Valencia y en múltiples acciones decisivas. En 1819, es diputado en el Congreso de Angostura, y en 1821, comandante en jefe del Ejército de Colombia. Su lealtad a Bolívar lo lleva a asumir la presidencia de la Gran Colombia en 1830, en medio de la crisis que siguió a la renuncia del Libertador.

 

Urdaneta no solo fue un estratega militar, sino un hombre de principios. Su vida estuvo marcada por la rectitud, el sacrificio y la defensa de la unidad latinoamericana.

 

Hoy, cuando Venezuela enfrenta desafíos profundos, el legado de Rafael Urdaneta brilla como el Sol Zuliano. Su ejemplo de integridad, su amor por la patria y su vocación de servicio deben inspirar a las nuevas generaciones.

“Si con dos hombres bastan para emancipar la patria, pronto estoy a acompañarle”. Seamos esos hombres y mujeres dispuestos a construir una Venezuela justa, libre y unida.

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