A 212 AÑOS DE RECIBIR BOLÍVAR EL TÍTULO DE LIBERTADOR
Cuando Bolívar entró triunfal a Caracas el 6 de agosto de 1813, el júbilo popular coronaba su hazaña. Desde todas las esquinas se escuchaba: ¡Viva nuestro Libertador! ¡Viva el ejército patriota! ¡Viva Venezuela!
Tras desmontar su caballo, fue recibido por muchachas vestidas de blanco con ramilletes de flores, mientras los cañones retumbaban, las bandas musicales sonaban y las campanas repicaban sin cesar en homenaje a sus libertadores.
En su breve estadía en la ciudad que lo vio nacer, el 14 de octubre de ese mismo año, el Ayuntamiento de Caracas le confirió a Simón Bolívar el título de Libertador y Capitán General de los Ejércitos de Venezuela.
Este acto, en el marco de la exitosa Campaña Admirable, se celebró en la Iglesia de San Francisco. Cristóbal Mendoza fue el encargado de otorgar esta distinción, en reconocimiento a su lucha por la independencia. Bolívar, profundamente emocionado, escribiría: "Libertador de Venezuela: el título más glorioso y satisfactorio para mí, que el cetro de todos los imperios de la Tierra".
El Congreso de Angostura ratificaría este título el 6 de enero de 1820. Ese día, Bolívar, conmovido, declaró: “El honor que se me hace es tan superior a mi mérito, que no puedo contemplarle sin confusión...”.
A 212 años de aquel evento, la figura de Bolívar trasciende la historia para erigirse en un faro de unidad. Su titánica lucha por la libertad y la autodeterminación de los pueblos nos recuerda que el diálogo, la paz y la democracia son los cimientos irrenunciables para la convivencia.
En la Venezuela de hoy, honrar su legado significa abrazar la resolución pacífica de las diferencias, buscando en la mesa negociación, el entendimiento y los caminos que nos conduzcan a un futuro donde la libertad y la justicia prevalezcan para todos.
El llamado es a la reflexión serena y construcción colectiva, inspirados en los valores libertarios que forjaron nuestra nacionalidad y que hoy nos obligan a construir un futuro en paz, para que ese sea nuestro premio eterno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario