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| Con una carrera política de 58 años, Henry Ramos Allup se trazó como misión desplazar del poder a Nicolás Maduro. PHOTO: MANAURE QUINTERO/EUROPEAN PRESSPHOTO AGENCY |
El ascenso del líder populista casi había borrado del mapa a la formación a la que pertenece Ramos. Las facturas de luz y agua estaban impagas y gran parte de sus colegas se había unido al nuevo presidente. “Hasta los ratones se fueron al Chávez (...) sólo quedaron las cucarachas”, recuerda Ramos.
Después de 17 años de trabajo tenaz como miembro de la minoría legislativa contra Chávez, la paciencia de Ramos ha dado sus frutos. Como presidente del cuerpo legislativo ahora controlado por la oposición, el dirigente tiene un objetivo central: sacar a los herederos políticos de Chávez del poder e instalar la economía de mercado, que, en su opinión, sacará a Venezuela del colapso.
“Vamos a trabajar en resolver la crisis económica y social del país. Pero la principal crisis de Venezuela es política”, dice Ramos, de 72 años, en su oficina llena de dorados y mármol, la misma que hasta el 5 de enero pasado fue ocupada por Diosdado Cabello, el número 2 del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela. “Nos comprometimos a encontrar una solución pacífica, democrática y constitucional para salir de este gobierno dentro de los (próximos) seis meses”, asevera Ramos.
Desde la muerte de Chávez, de cáncer en 2013, la economía venezolana ha perdido casi una cuarta parte de su producción. El colapso de los precios del petróleo ha agravado los asfixiantes controles de cambios y de precios. Bajo el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, la inflación llegó a 270% el año pasado, y los venezolanos deben lidiar con una escasez de alimentos y medicamentos y con una epidemia de delitos violentos.
“Este es un gobierno en su fase terminal. La economía lo está tragando (...) Cuando la economía atrapa la política, los políticos no pueden ofrecer soluciones distintas”, dice Ramos. Sin embargo, otros líderes de la díscola coalición opositora están en desacuerdo y creen que la crisis de Venezuela necesita un enfoque más tecnocrático, menos centrado en dar vuelta el orden político y más en hacer las reformas que los expertos dicen son vitales para la economía, que se prevé se contraiga 8% este año.
“No tengo ninguna duda que la gente votó por el cambio del modelo económico y no del gobierno”, dice Julio Borges, jefe del moderado partido Primero Justicia, en referencia a las elecciones del 6 de diciembre pasado que llevaron a la oposición al poder legislativo.
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