Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 25 de agosto de 2025

Jerome Powell cedió a las presione de Donald Trump y abre la puerta para un recorte de las tasas de interés en septiembre 2025



De izquierda a derecha, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey; la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde; el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda; y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, durante el simposio de política económica de Jackson Hole 2025 del Banco de la Reserva Federal de Kansas City, este viernes 22-8-2025.

Jerome Powell abre la puerta a un recorte de tipos en septiembre por los riesgos económicos cambiantes.

Las Bolsas, el oro y el bitcoin reaccionan con fuertes subidas a las palabras del presidente de la Reserva Federal en Jackson Hole, mientras que el dólar pierde posiciones

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha abierto este viernes la puerta a un recorte de los tipos de interés en septiembre. “Con la política monetaria en territorio restrictivo, el panorama general y el cambiante equilibrio de riesgos podrían justificar un ajuste de nuestra política”, ha dicho durante su intervención en el simposio económico de Jackson Hole (Wyoming). El mensaje puede parecer críptico, pero en el calculado universo de la terminología de los bancos centrales, deja pocas dudas de que la intención de la Fed es mover ficha tras cinco reuniones sin hacerlo.

Los mercados lo captaron de inmediato. Era lo que querían escuchar. Rebajar el precio del dinero reduce los costes de financiación de hogares y empresas, y tiende a animar la economía, por lo que las Bolsas reaccionaron a la noticia con fuertes subidas, superiores al 1,5% en los principales índices estadounidenses, con el S&P 500 rozando máximos históricos, y cercanas al 1% en las europeas. El oro y el bitcoin también se apreciaron. El dólar, por su parte, respondió con descensos, superiores a un punto frente al euro, con el que se cambia a 1,17 billetes verdes. Una respuesta lógica cuando se da a entender que se va a rebajar el precio del dinero.

En un momento de déjà vu con lo ocurrido en 2024, cuando también aprovechó su discurso en Jackson Hole para dejar entrever recortes de tipos a la vuelta de vacaciones, Powell señaló al mercado laboral como la fuente de inquietud que podría decantar la balanza hacia una rebaja de tipos. “Los riesgos a la baja para el empleo están aumentando. Y si estos riesgos se materializan, podrían hacerlo rápidamente, en forma de un aumento drástico de los despidos y un incremento del desempleo”, advirtió. Además, recordó que el crecimiento del PIB se ha ralentizado notablemente en la primera parte del año, cuando creció a un ritmo del 1,2%, prácticamente la mitad del 2,5% de 2024, en medio de una caída del gasto de los consumidores.

Ambos fenómenos presionan a la Fed para que retire cargas y deje fluir más dinero hacia la economía, que parece más cerca de un enfriamiento que de un sobrecalentamiento, aunque con el runrún del shock arancelario sobre los precios como incómodo zumbido de fondo. “A corto plazo, los riesgos para la inflación son al alza, y los del empleo, a la baja, una situación retadora”, resumió Powell.

Poco después de que empezara a hablar, las posibilidades de un recorte de tipos subieron al 90% en el mercado de futuros que interpreta los próximos pasos de la Fed en política monetaria. Si la certeza no es todavía absoluta es por el reverso más ortodoxo de su discurso: insistió en que el combate contra la inflación y por la estabilidad de precios —la otra pata de su mandato dual, junto a la creación de empleo—, sigue siendo una prioridad. “No podemos dar por sentada la estabilidad de las expectativas de inflación. Pase lo que pase, no permitiremos que un aumento puntual del nivel de precios se convierta en un problema de inflación persistente”, afirmó.

Mientras la Administración Trump saca pecho de que las subidas de aranceles no han provocado una debacle en la inflación, como muchos vaticinaban, Powell culpó a las tarifas de haber encarecido algunas categorías de bienes, no descartó que causen pérdidas de poder adquisitivo a los trabajadores que empujen a estos a reclamar salarios más altos —el temido círculo vicioso para la inflación—, y en general, se mostró cauto. “Llevará tiempo a los aumentos de aranceles trasladarse a las cadenas de suministro”, remarcó.

Otra política de Trump que está alterando las métricas, en este caso del empleo, es la migratoria, más restrictiva que la de su predecesor. “El crecimiento de la fuerza laboral se ha desacelerado considerablemente este año debido a la fuerte caída de la inmigración, y la tasa de participación laboral ha disminuido ligeramente en los últimos meses”, constató.

La última visita de Powell a Jackson Hole como presidente de la Reserva Federal —en mayo de 2026 expira su mandato— se presentaba cargada de tensión e incertidumbre. Primero porque la sombra de Trump sobrevuela el acto tras sus continuos ataques a Powell y su equipo, tan solo unos días después de que pidiera la dimisión de la gobernadora Lisa Cook por una polémica con sus hipotecas —este mismo viernes dijo que la despediría si ella misma no renuncia al cargo—. Y segundo, porque inversores y analistas se preguntaban si en esta edición se repetiría el guion del año pasado, cuando Powell confirmó la primera rebaja de tipos del banco central en más de cuatro años, como así ha sido finalmente.

Ahora ha pasado menos tiempo desde la última rebaja de tipos, que fue en diciembre, pero al presidente estadounidense, Donald Trump, envuelto en una cruenta campaña de desprestigio hacia Powell por su negativa a rebajar el precio del dinero, esos ocho meses se le han hecho muy largos. Powell, como era de esperar, no citó a Trump en su discurso, pero sí hizo una defensa de la independencia del banco que solo se entiende bajo el asedio de la Casa Blanca. “Los miembros del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto) tomarán sus decisiones basándose únicamente en su evaluación de los datos y sus implicaciones para las perspectivas económicas y el balance de riesgos. Nunca nos desviaremos de ese enfoque”. Este sábado, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, tendrán la ocasión, durante sus intervenciones, de mostrarle durante su respaldo público en suelo estadounidense.

Rezagado frente al BCE

Tras recortar un punto los tipos de interés, la Reserva Federal los ha mantenido sin cambios en el 4,25%-4,50% durante las últimas cinco reuniones, quedando muy rezagado frente a los dos puntos de bajada del Banco Central Europeo, e incluso por detrás de los 1,25 del Banco de Inglaterra. Pero el enfriamiento del mercado laboral que muestran las últimas estadísticas, con solo 73.000 empleos creados en julio, y una revisión a la baja de las contrataciones en los dos meses anteriores, ha sido decisivo para que Powell abra la puerta a un recorte en la reunión del 17 de septiembre.

El escenario para hacerlo no es el ideal, sobre todo por el lado de la inflación, que cerró julio en el 2,7% (el 3,1% la subyacente), y no parece estar todavía bajo control, con los precios de producción experimentando en el mes pasado su mayor subida en tres años por los aranceles. El gigante mundial de la distribución Walmart alertó en su presentación de resultados este jueves que a medida que reponen el inventario y compran productos a los que se les aplican aranceles, los costes aumentan cada semana, lo que prevén que siga sucediendo durante el tercer y cuarto trimestre.

Las actas del último encuentro del FOMC, el de julio, desvelaron este miércoles que para la mayoría de los gobernadores, el riesgo inflacionista es más acuciante que los riesgos para el crecimiento, lo que justificó mantener los tipos. Pero las voces discordantes no han dejado de crecer en el seno de la Fed, y algunos miembros dejaron claro que no quieren esperar a conocer el impacto exacto de los aranceles para empezar a bajar tipos, porque podría ser demasiado tarde.

Esa parálisis ha desatado la furia de Trump sobre la institución. El presidente estadounidense menosprecia los efectos de las tarifas sobre la estabilidad de precios, y ve en la política monetaria una herramienta para estimular la economía que no está siendo desplegada como debería. Y que en lugar de animar el crecimiento, le pone palos en las ruedas. Sin ir más lejos, esta misma semana acusó a Powell de dañar el mercado inmobiliario al impedir a la gente firmar hipotecas por los altos intereses que deben pagar.

Un préstamo a 30 años para adquirir una vivienda se concede en Estados Unidos a un 6,58% de interés de media, unas tasas impensables en Europa —en España están por debajo del 3%—. Eso eleva con fuerza el importe de las cuotas, dificultando el acceso a la financiación, y ha sumido las compraventas de casas en el estancamiento. De hecho, 2024 fue el año con menos ventas de viviendas de segunda mano en EE UU desde 1995, hace casi 30 años. Y 2025 va camino de números similares.

El País de España

https://www.costadelsolfm.org/

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