Para el Gobierno del presidente Nicolás Maduro no son gratas las noticias que llegan de Chile. El arribo de Sebastián Piñera a la primera magistratura por segunda vez, acentúa más el cuadro político adverso a su filosofía política, una tendencia que parece irreversible.
Piñera en Chile; Mauricio Macri en la jefatura del Estado argentino; el giro inesperado del presidente Lenin Moreno en Ecuador; el control político que en Brasil ejerce Michael Temer y las críticas que se hacen desde la Asunción por parte del mandatario paraguayo, Horacio Cartes, (por muy representante del partido colorado que sea), dejan al régimen venezolano parcialmente aislado.
Hay pocas probabilidades que se invierta la situación, considerando que Colombia, próxima a unos comicios presidenciales (27 de mayo de 2018 ) se inclina en las encuestas por candidatos ajenos a la izquierda.
Esperando por PPK. Mientras el cuadro pinta comprometido en esos países, para el Gobierno nacional se abre una ventana con el proceso que enfrenta el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, gran apoyo de la disidencia venezolana, hoy a punto de inhabilitación por vínculos con el escándalo de corrupción por la empresa Odebrecht.
La matemáticas indica que lo que queda de apoyo en Sudamérica es Evo Morales que busca reinstalarse por un nuevo período presidencial en el Palacio Quemado de La Paz, en las elecciones de 2019.
La solución a esa ecuación con la que se encontraron este lunes en el despacho de Miraflores no tiene sino una sola interpretación, según los entendidos: aislamiento.
Cada vez con menos panas
El círculo de amistades de la diplomacia criolla se reduce a Cuba, la mentora del proceso del siglo XXI; la solidaridad del régimen sandinista nicaraguense con Daniel Ortega a la cabeza, y el apoyo incondicional de algunos miembros de la comunidad caribeña, beneficiados también por los envíos de crudo venezolano.
Las más recientes esperanzas de ampliar ese círculo con Honduras se alejaron con la proclamación de la reelección de Juan Orlando Hernández, tras un cabeza a cabeza con el de las simpatías de Miraflores, Salvador Nasrall, candidato de la Alianza de Oposición a la Dictadura.
Sin embargo, el expresidente Manuel Zelaya (2006-2009) , viejo aliado del chavismo, amigo de Maduro y coordinador de la Alianza, insiste en llamar a manifestaciones en las calles, desconociendo la decisión del Tribunal Supremo Electoral.
Con ese clima enrarecido, Venezuela fue acusada días atrás por el gobierno hondureño de promover y financiar la violencia, conjuntamente con las Farc.
La OEA ha propuesto celebrar nuevos comicios, salida “inaceptable” para los líderes del gobernante Partido Nacional y los empresarios de Honduras.
Con cada vez menos amigos, en la región, el Gobierno de Maduro deberá esperar entonces por Costa Rica que celebrará elecciones presidenciales y legislativas en febrero; por El Salvador que va a comicios legislativos y municipales en marzo, y por México con elecciones federales (presidenciales y legislativas) en junio de 2018.
Izquierda en retroceso
Brasil. Tras su destitución, Dilma Rousseff, despotrica de la justicia de su país y recuerda con nostalgia “la década en que la región enfrentó al neoliberalismo”.
Argentina. La exmandatara Cristina Kirchner de Fernández tiene un fin de año comprometido con la justicia . Su espacio político se ha reducido.
Ecuador. Rafael Correa ya no es la figura dominante en su país. “Es un opositor más” según el presidente Lenin Moreno. Radicado en Bélgica, Correa habla de que en su país “no existe estado de derecho”.
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