Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 15 de septiembre de 2014

El agujero HÉCTOR SILVA MICHELENA

El país vive una crisis que lo zarandea. Basta con hacer un breve inventario para sentirla: faltan alimentos y medicamentos básicos de todo tipo; el índice anual de asesinatos por 100.000 habitantes es de 79, y en 2013 hubo 24.763 muertes violentas, una epidemia impune. Detrás del cual se ocultan historias al pie de la morgue, como esta: una señora respondió a los periodistas "yo confío en la Justicia Divina, pues con la otra ya no tengo esperanza".

La inflación terminará este año arriba del 70%, despojando de sus ingresos a los pobres, a quienes el Gobierno luego "resarce"con pensiones, subsidios, regalos y otras dádivas. En fin, cualquier duda se disipa al considerar que, según los datos del propio régimen, la pobreza está subiendo en Venezuela, pese al millón de millones de dólares recibidos en 15 años. Bueno,¿pero al menos una parte de esta inmensa renta petrolera se está ahorrando? No, Venezuela, pues cada vez vende más petróleo a futuro, hipotecándolo, en particular a China.

Apremiado, el Gobierno se apresta a malbaratar el complejo de refinerías y estaciones de servicio Citgo, un acto demente que privaría a Venezuela de una salida segura para sus crudos pesados.

La separación de poderes desapareció hace mucho, convirtiendo a la democracia venezolana en un cascarón vacío, un Estado totalitario. El saqueo del erario sigue inclemente, en tanto que el narcotráfico campea por doquier, con todo y generales de bolsillo. Así pues, el cambio urge. Podría pensarse que es preferible que los cambios los inicie el chavismo cuando vea al abismo, pues si mañana sale Maduro dejando las cosas como están, quien entre tendrá que enfrentar la debacle, con el consabido desprestigio por las medidas draconianas que habría que tomar, para salir del agujero. Un Gobierno así sería derrotado con facilidad. Por lo demás, la oposición se recompone y eleva el valor de la unidad, actitud esperanzadora.

Maduro, aplicando una versión del modelo cubano, ha ido liquidando al país entero. La gente que apoya al régimen parece acostumbrada a la crisis. Pero las mentiras, la escasez y el caos oficial ya indignan, generan malestar. Al verse sobre ascuas, Maduro preparó el "sacudón", que se anunció el 2/9/14. ¿Qué fue eso? Repitió mentiras y el estribillo de la "guerra económica". No dijo nada relevante.

Pero, en fin, así es el fascismo: inventar un "enemigo" para perseguir al disidente.

Y de ahí viene la razón de por qué el "sacudón" no fue ni será. Ya Maduro nos había alertado de su indisposición a enfrentar los ajustes necesarios al afirmar que sus políticas habían mostrado ser "buenas" y que no iba a eliminar los controles de precios ni del mercado cambiario. Que en este estado de caos se siga argumentando semejante imbecilidad demuestra dos cosas: que el gobierno no tiene el más mínimo interés en entender cómo funciona una economía; y que las consecuencias adversas de este desconocimiento lo tienen sin cuidado. El problema, para ellos, es obviamente otro.

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