"Las revoluciones terminan en fracasos éticos y devoran a sus propios hijos, como Saturno". Sergio Ramírez.Es cuestión de perspectivas. El símil del vaso y su contenido de agua es adecuado para el análisis político en este momento. Los pesimistas y los analistas superficiales verán el vaso medio vacío; yo, con optimismo realista y razonable lo veo medio lleno.
A pesar del esfuerzo y del entusiasmo puestos por Henrique Capriles y la mesa de la unidad democrática, no se logró cumplir con el anhelo y la esperanza del 45% de la población adulta del país; pero, tomando en cuenta los resultados, objeto de análisis de otro artículo, quienes nos oponemos al modelo socialista totalitario hemos venido creciendo sostenidamente. Más de seis millones de venezolanos se resiste a la imposición de un modelo fracasado que solo el mal uso del dinero ha logrado que penetre la conciencia ética del resto del país.
La dirigencia política democrática tiene que redoblar esfuerzos, tomar más en cuenta a la sociedad civil organizada y hacerla partícipe, junto con los partidos políticos, de un modelo de unidad más amplio, que fortalezca la posibilidad de enfrentar el comunismo en ciernes y el fatalismo producto de la derrota de las ilusiones el 7 de octubre. Es necesario un esfuerzo político unitario más amplio -los votos de la tarjeta de la unidad son una clara señal- que nos impulse a rebasar la línea del 50% del electorado que nos ubique definitivamente como una mayoría que sabe que existen otros caminos y que está dispuesta a tomar el correcto, que es el que nos conduce a un futuro de progreso, de paz, y con bienestar para todos.
Debemos sacudir la cabeza y fijarnos como objetivos recuperar la decencia política y la vigilancia sobre el manejo adecuado y transparente de los recursos de todos, en manos del Estado. Tenemos dos nuevos eventos ya fijados que nos permitirán restablecer el equilibrio político necesario: las elecciones de gobernadores y las de alcaldes. Hay que apartar el pesimismo y el fatalismo. El vaso está medio lleno, hagamos el esfuerzo por llenarlo.
No debemos permitir que la adversidad política nos empuje hacia un quietismo que puede ser irónico.
"La mente,-dice Harold Bloom-siempre retorna a su necesidad de belleza, verdad, discernimiento. La mortalidad acecha, y todos aprendemos que el tiempo siempre triunfa."