Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

10.5.12

El terror de Fidel a que Chávez lo abandone / Analitica - Manuel Malaver

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Leer articulo completo aquí: http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/1203861.asp     

No pudo resultar más desesperada la amenaza de Fidel Castro al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el sentido de que si no aceptaba el fraude o el autogolpe que tiene pautado el chavismo para eternizarse en el poder en Venezuela, sería responsable del "baño de sangre" que presuntamente seguiría a la intentona

Confesión, tanto más sorprendente, cuanto que procede de un anciano y destartalado dictador, pero por eso mismo, mas ávido de la sangre sin la cual siempre se le hizo difícil respirar al vampiro caribeño, pero que deja un aviso que no debe ser pasado por alto por las fuerzas democráticas nacionales e internacionales: Castro podría estar incitando a los sectores más radicales del chavismo a no acatar los resultados adversos que los esperan en las elecciones presidenciales del 7 de octubre próximo, y a echar por la borda cualquier remilgo democrático, el más mínimo apego a la Constitución nacional y al orden jurídico global con el cual pretendió que se le tomara como un movimiento defensor del estado de derecho y de la legalidad regional e internacional que lo sustenta.

En otras palabras, que en la amenaza de Castro al presidente Obama no puede esconderse sino la decisión de reconvertir a la Venezuela chavista en un estado forajido y al margen de la Ley, dispuesto a empuñar las armas y disparar contra su propio pueblo, tal perpetró en Libia el defenestrado Muamar Gaddafi antes de perder vida y poder, y ejecuta día y noche en Siria, con crueldad sin límites, el asesino en masa, Bashar Al-Assad.

Debemos reconocer, no obstante, que no habiendo sido formulada tan monstruosa declaración por autoridad legítima venezolana alguna, como podrían ser el presidente de la República, Hugo Chávez, el Canciller, Nicolás Maduro, el Presidente de Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, o el ministro de la Defensa, Henry Rangel Silva, cabría preguntarse si, más que ante una declaración oficial del gobierno de Venezuela, no estamos frente a otra incitación al odio, al derramamiento de sangre y a la muerte de un anciano delirante que comprende que, sin la gigantesca y masiva ayuda chavista, el socialismo stalinista cubano estilo Castro moriría para siempre y se apresura a provocar una guerra civil entre venezolanos, pero no para salvar al chavismo, sino al castrismo moribundo y en putrefacción.

Se deduce del fracaso del modelo con el que los hermanos Castro pretenden perpetuar la dictadura comunista, pero no renunciando o reformando sus rasgos más repugnantes y aterradores, sino reforzándolos, y permitiendo una suerte de capitalismo bastardo, que no solo no oxigena la libertad y la democracia, sino que las asfixia.