Al observar en la pantalla del televisor el llamado REALITY SHOW, vino a mi mente las palabras del premio Nobel de literatura Jose Saramago en su ultimo cuaderno.
"La división entre actores y expectadores se ha acabado. El espectador va a ver y oir , pero también a ser visto y oído . El poder de la televisión, por ejemplo se alimenta en gran parte de esta simbiosis malsana sobre todo en los llamados Reality Show, donde el invitado, para eso pagado, va a poner al descubierto las miserias de su vida, las traiciones y vilezas, las canalladas propias y ajenas, y, si fuera para el espectáculo las de la familia y de sus próximos. Sin discreción ni reserva, sin recato ni pudor , sin modestia"
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