Las ratas habían invadido el pequeño patio trasero del apartamento ubicado en el primer piso, limpieza, trampas, venenos y demás recomendaciones para correrlas habían sido empleadas y fracasadas, al final me dije " es el momento de iniciar una nueva profesión, cazador de ratas" llego la tercera edad , la jubilación y nueva rutina de sentarme a escribir a partir de las cuatro de la mañana, desde el sitio de trabajo visualizo el lugar donde las ratas se desplazan , colocare a mi lado el viejo rifle de balin, por si escucho sus sonidos y carreras, después de días y meses sin sonido diferente a las teclas de la computadora, al fin, la oportunidad se presento, allí estaba, mirándome , tome el rifle con calma ,sin hacer ruido y coloque el pequeño balin, apunte ¡imposible disparar!, la rata estaba colocado detras del ventanal de vidrio, desde allí , movia la cabeza y de no ser por el sueño, diría que sacaba la lengua burlándose, después de media hora de contemplación, al nomas pestañear, desapareció, la busqueda fue imposible , puesto que, habia terminado el articulo para la pagina internet de mi amigo Gustavo, me tendi en el sofá con el rifle al lado por un si acaso, el sueño llego y con ello un grito, la rata entro al cuarto mordio el dedo gordo de mi pie que sobresalía de la cama, el cazador había sido cazado, la sangre brotaba del lugar donde había clavado sus dientes, gritos y carreras familiares, termine en la Sanidad donde después de múltiples inyecciones en el estomago, regrese al hogar.
Hoy, continuo escribiendo de madrugada, pero en lugar de tener un rifle a mi lado ,coloco pequeñas porciones de queso que lanzo a la rata cada vez que se asoma a la ventana.

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