La guerra inmunda / Lolita Aniyar de Castro / Criminóloga

Toda guerra es inmunda, a pesar del derecho humanitario. Es el momento de sacar los escudos para defendernos

Culminó la selección entre los magníficos cinco. Es el momento de sacar los escudos para defendernos de la guerra inmunda. Toda guerra es inmunda, por supuesto, a pesar del derecho humanitario. Aunque previsible dados los antecedentes de los agresores, podríamos esperar ideas, conceptos, y no sólo disparatadas acusaciones. 

Una sola maleta, dice Capriles, trajo su abuela escapada de los exterminios nazis. Algunas pocas ropas, un cepillo, unas fotos de la familia y el hogar destruidos, quizás un viejo juguete de su niñez. Llega a Venezuela, a quien De Vries describe como "una mujer bella, generosa, maternal, abandonada y violada". De esa combinación mágica y hermosa de la inmigrante y el país de leche y miel, los sigüies del Poder malignamente extraen el enlace rápido y simplista entre una abuela judía e imaginarias mafias financieras sionistas. La madre católica no necesitó entonces cantarle a Henrique la antigua canción hebrea: "Yudío será tu nombre". No esperaba que hoy los medios oficiales lo empujen al oscuro mundo de los estereotipos, burdas simplificaciones utilitarias que se introducen en el cerebro de los otros a través de emociones construidas, y que producen "distancia social" y "prohibición de coalición". Al mundo de los estigmas. El Inri católico. La Inquisición y el Martillo de las Brujas: la hoguera y el odio. Henrique votó y se persignó. Soy mariano, ha dicho. Besó la réplica de La Chinita que los jóvenes le regalaron en Maracaibo. ¡Y aunque no lo hiciera! El veneno teledirigido se derrama. Se forjan actas policiales para degradar su condición moral, como se hizo cuando fue a prisión por tratar de defender, y no atacar, la Embajada de Cuba. 

Hoy pienso en la abuela que vino a ayudarnos a crear un país pluriétnico, libre, productivo, laborioso. En el currículo de estudios, trabajo y democracia de Henrique. La libertad se asoma entre sus dedos. El respeto por los otros sale de sus labios. La convivencia y el abrazo es su Biblia.Vino a crear la paz. La Venezuela de todos. Muchos dioses protegen a este "muchacho de jeans y franela", Giusti dixit. La Verdad.com