Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

25.1.12

Del candidato y sus derrotas / Por Douglas Zabala


De algo que se ha venido vanagloriando el eterno candidato del PSUV es que  según su candidatometro ninguno de los  precandidatos calza en los más mínimos requisitos para ser un candidato a la presidencia de la Venezuela de hoy.  Y razón no le falta, porque hasta el día de hoy ninguno puede calzar esa prerrogativa, dado que en el mundo opositor no solamente basta tener la aspiración, sino que como contrapartida al del oficialismo está en juego el echo democrático de las primarias,  y esa será la primera de las muchas derrotas por las que le tocará transitar al engreído de Miraflores, de aquí al día de los comicios presidenciales.

Aquí no se trata solamente de la definición candidatural, que de por si es la bujía principal que encenderá el motor del cambio necesario.  Ya la confluencia de factores, incluso mas allá de la propia MUD;  porque para nadie es un secreto que hasta dirigentes y técnicos del factor político liderizado por Henry Falcón,  participaron en la elaboración del programa de gobierno que recién se acaba de presentar, es otra variable que debemos resaltar como otro plomo en el ala del que anda con José Vicente Rangel hace rato silbando en el cementerio.  El MAS,  PODEMOS, la Causa R, Bandera Roja, Gente Emergente  y el PPT son banderas y esfuerzos que hoy se encuentran del lado opositor  y que reflejan el descalabramiento que ha tenido el otrora poderoso Polo Patriótico.

Como guión de un tedioso culebrón todos los voceros oficialistas no se cansan de repetir,  que esta oposición no tiene nada nuevo que ofrecerle al país, pero ofertar  por  boca del vocero oficial de esa gran alianza política el que van a “reconciliar al país y fortalecer la institucionalidad democrática; poner el Poder Público al servicio del Buen Gobierno; construir una sociedad productiva y de progreso; mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos; desarrollar una política exterior para proyectar y promover confianza, respeto y prosperidad en el mundo”  no deja de ser poca cosa; sobre todo con un candidato reeleccionista  que lo único que se le ocurre es anunciar que en su próximo mandato radicalizará su gobierno militarista, manirroto, ineficaz , corrupto y copión de los viejos modelos del fracasado socialismo del siglo XX.

Garantizar  la unidad después de las primarias será otra derrota que de antemano se le infligirá al sempiterno candidato del gobierno.  Él lo sabe y de allí sus llamados desesperados a que le salga al ruedo cualquier tigre con reumatismo.   En esta oportunidad está prohibido repetir los errores del pasado y nadie puede quedar por fuera;  los precandidatos cualquiera que sea su instancia, al igual  que las organizaciones agrupadas en torno a ellos y que sean derrotadas en estas primarias,  están obligados a redoblar el esfuerzo unitario y participativo.  Sólo así será posible ser consecuente con el compromiso que  se tiene ante los ciudadanos de convocar a la gran tarea patriótica  de provocar el cambio necesario.

Ya del candidato y del programa tendremos los venezolanos a partir de este 12  de febrero la oportunidad de conocerlo.  El que surja de la contienda tendrá la responsabilidad de conducir al país  por el camino seguro del progreso hacia una Venezuela mejor.  Del otro candidato,  todos sabemos que él también sabe que su última y gran derrota será la del siete de octubre y por ello le ha recordado a Rangel Silva y sus huestes,  que el mundo no se le acabara ese día.  Ese es el contraste que todos los días le hace recodar de manera hiriente y lapidaria su atormentado Friedrich Nietzsche.