La situación actual parece engañosamente similar a la crisis del petróleo que tuvo lugar en los años setenta. Pero esta vez, detrás del aumento en los precios, hay tendencias más pronunciadas, en lugar de un acontecimiento político en particular, como lo fue el embargo de petróleo de 1973 que impuso la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El declive del dólar estadounidense, que es la moneda con la que se fija el precio del petróleo en todo el mundo, así como la especulación financiera, han contribuido a los recientes aumentos de precios. Pero la mayoría de los expertos considera que la razón principal es que el suministro de petróleo no es el suficiente para el rápido aumento de la demanda, impulsada cada vez más por el auge de los mercados en surgimiento, tales como China e India.
De acuerdo con la Administración de Información de Recursos Energéticos de EE.UU. (EIA), el mundo tiene suficiente petróleo para satisfacer la demanda hasta por lo menos el año 2030 (que es hasta donde abarca el pronóstico). Arabia Saudita tiene las reservas comprobadas más grandes. Los cálculos de su capacidad de producción futura varían ampliamente: desde un poco más de los 12,5 millones de barriles diarios que tiene previsto alcanzar para finales de 2008, hasta 23 millones de barriles diarios. Iraq tiene las segundas reservas comprobadas más grandes y puede triplicar su producción. Por ejemplo, todavía existen reservas de petróleo sin explotar frente a las costas de Brasil, África Occidental y la plataforma continental exterior de Estados Unidos, las zonas frente a las costas de los océanos Atlántico y Pacífico, así como el Golfo de México.
Pero han sido pocos los grandes descubrimientos recientes, y aunque no se puede excluir que ocurran en el futuro, son poco probables. Al mismo tiempo, la producción de los campos viejos está en declive (el Mar del Norte y México), o están alcanzando su punto máximo (Rusia y Venezuela).
Todavía existen grandes reservas de petróleo poco convencionales, ricas en arena alquitranadas (una densa y viscosa modalidad de petróleo mezclado con arena, arcilla y agua) abundantes en petróleo, así como en esquisto bituminoso (una roca que contiene una mezcla sólida de compuestos químicos orgánicos). La EIA proyecta que ese petróleo poco convencional conformará entre el nueve y 20 por ciento del suministro mundial de petróleo para 2030. Se pronostica también que la producción de biocombustibles aumente significativamente. Pero la extracción de petróleo poco convencional es costosa, lleva tiempo, requiere de mucha energía y perjudica al medio ambiente; y la producción de los biocombustibles ha contribuido al aumento en los precios de los alimentos. Por Andrzej Zwaniecki
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