A pesar de celebrarse hoy el Día Mundial del Acceso a la Educación Universitaria, la realidad venezolana muestra un panorama desalentador.
La docencia universitaria en Venezuela enfrenta una crisis de proporciones continentales. Un reciente informe del Observatorio de Universidades (OBU) afirma que los profesores venezolanos son, tras 25 años del siglo XXI, los académicos con los salarios más bajos de toda América, una situación que pone en peligro la sostenibilidad de la educación superior en el país.
Según la data difundida por el OBU, los sueldos mensuales de los profesores oscilan entre $1.66 y $2.70. Esta remuneración no solo es insostenible, sino que se ubica incluso por debajo de los docentes cubanos, quienes pueden alcanzar un máximo de $29 USD mensuales.
Depreciación histórica y falta de ajuste
El OBU destaca que han transcurrido 1.360 días —casi cuatro años— desde el último aumento salarial, un periodo donde la inflación ha devorado por completo el poder adquisitivo. La desvalorización es visible en la comparación histórica: un salario que en 2001 superaba los $2.450 USD, hoy se ha desplomado a apenas $2.07 USD, según la última estimación de la organización para 2025.
Esta catástrofe económica se debe a la centralización de ingresos por parte del Ejecutivo, que, según la denuncia, viola la autonomía universitaria y ha implementado una política de bonificación que ignora los títulos de postgrado y la producción científica de los académicos. Esto contrasta fuertemente con países como Colombia y México, donde la investigación permite a los profesores duplicar sus ingresos.
Un abismo salarial regional
Mientras los académicos venezolanos luchan por subsistir con menos de $3 al mes, sus homólogos regionales gozan de salarios que valoran la alta dedicación. En la Universidad de Chile (U. de Chile), un titular con dedicación exclusiva puede ganar $7.330 USD, mientras que en la Universidad de la República (Udelar) en Uruguay, el sueldo es de $6.065 USD.
El contraste es brutal, evidenciando una brecha de desigualdad que supera los límites de la decencia. A pesar de que países como Chile o Brasil también reportan problemas de inequidad interna, la media salarial en instituciones como la Universidad Nacional de Colombia es de $2.888 USD.
Persecución y resistencia
A las condiciones de «envejecimiento indigno, inseguridad alimentaria y afectación a la salud mental» se suma la persecución política. El OBU reportó un incremento del 79% en las denuncias por violaciones a los derechos políticos y civiles desde 2024. Actualmente, 11 profesores están detenidos arbitrariamente, incluyendo el caso del activista Javier Tarazona, con más de cuatro años de prisión.
Pese a este panorama de miseria y represión, el OBU culmina su mensaje destacando la «resistencia en las aulas» de la planta profesoral. Su motivación, concluye el organismo, no es económica, sino la inquebrantable «aspiración a un mejor país.»

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