Aunque actualmente los supermercados y otros lugares de compra de víveres se ven más abastecidos que hace pocos años, los hábitos o capacidad de consumo de los compradores han cambiado, en muchos casos lo han reducido, según pudieron comprobar quienes regentan estos centros de compras.

Ítalo Atencio, presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA), afirmó que el hábito de la compra grande cada 15 días desapareció por completo del mapa venezolano.

“Ya no existe el mercado del mes ni el de la quincena”, sentenció Atencio durante la clausura del foro Radiografía del Retail a la Venezolana, que reunió a más de 300 empresarios en un hotel del este de Caracas.

El directivo explicó que los clientes ahora entran dos o tres veces por semana al supermercado con tickets que rondan entre 8 y 23 dólares, según el tamaño del local y el poder adquisitivo.

En una tienda de 200 metros cuadrados ubicada en zonas populares, el promedio apenas supera los 8 dólares por compra. Mientras, un establecimiento mediano de mil metros en sectores de clase media alcanza los 18 dólares por cliente. Los locales grandes en urbanizaciones de mayor ingreso cierran por encima de los 23 dólares por recibo.

Atencio reveló datos que contrastan con la crisis que aún se siente en la calle: el sector creció 5 % en lo que va de año, abrió 44 nuevas sucursales y generó 714 mil puestos de trabajo directos e indirectos, un aumento del 8 % respecto a 2024.

Otro anuncio sacudió la sala: tres cadenas importantes ya aceptan criptomonedas en sus cajas. “Los activos digitales dejaron de ser el futuro para convertirse en el presente”, aseguró el presidente de ANSA, quien adelantó que para marzo de 2026 al menos el 10 % de las transacciones podría moverse en monedas digitales.

El directivo cerró con una cifra que pocos esperaban: los precios en supermercados formales resultan 10 % más bajos que en la economía informal, gracias al uso de la tasa oficial del Banco Central de Venezuela.

Mientras tanto, los pasillos de los establecimientos lucen llenos de carritos pequeños y clientes que revisan cada etiqueta antes de echar al carrito. La Venezuela de la compra grande quedó atrás; la de hoy llena la nevera, poco a poco, varias veces por semana, es la conclusión del evento.

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