Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

6.10.25

DE LA PARRA LIBERTARIA Por Douglas Zabala



Ana Teresa Parra Sanojo, vino a este mundo en tierras de París, un 5 de octubre de 1889 y su venezolanidad le vino porque su padre era un diplomático de carrera, quien hacía de Cónsul en Berlín mientras su Madre Isabel Sanojo Ezpelosin de Parra, le dio a Luz en aquella ciudad de las luces.

Teresa de la Parra, nombre literario con el que se dio a conocer, fue la primera escritora venezolana que obtuvo reconocimiento crítico fuera de su país. Su novela "Ifigenia" tuvo una amplia difusión en Francia, España y toda América latina, en los difíciles años veinte.

Ana Teresa se sumergió en el mundo de la escritura con un gran apasionamiento por los diarios. Escribir sus impresiones, y reunir sus opiniones contenidas en epistolarios con amigos cercanos fueron sus inicios de escritora. Tras su regreso a Caracas en aquellos años, cuenta que se aburría de los eventos sociales y en cambio prefería la libertad creativa de la lectura.

Si algo habría que resaltar de Teresa de la Parra, será su espíritu libertario y defensor de los derechos de las mujeres a tomar roles protagónicos, en una sociedad donde todavía apenas entraba al modernismo de la luz, el teléfono y los tranvías. Quizás, es en "Ifigenia" dónde más revela aquellas deidades feministas.

¡Si al menos hubiera nacido hombre! Verías tú, tío Pancho, cómo me divertiría y el caso qué haría entonces de Abuelita y de tía Clara. Pero soy mujer ¡ay, ay, ay! Y ser mujer es lo mismo que ser canario o jilguero. Te encierran en una jaula, te cuidan, te dan de comer y no te dejan salir; mientras los demás andan alegres y volando por todas partes. ¡Qué horror es ser mujer! ¡qué horror, qué horror!

El llamado de Teresa de la Parra a la libertad, la cultura y la independencia de la mujer resuena con fuerza en la Venezuela contemporánea. Su legado no es un simple recuerdo, sino un combate vigente.

La libertad por la que abogó De la Parra hoy se ejerce en la defensa de los espacios democráticos y en la participación activa en la vida pública.

La cultura que ella amó es hoy un territorio de resistencia, donde las mujeres libertarias son narradoras esenciales de la realidad nacional.

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