Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 9 de septiembre de 2025

MARACAIBO RENACIDA Por Douglas Zabala



496 AÑOS DE LA LLEGADA DE AMBROSIO ALFÍNGER

 

Cuentan que, donde hoy se extiende el inmenso Lago de Maracaibo, existía una gigantesca y frondosa selva. Era el dominio del poderoso cacique Zapara, dueño de tierras, ríos y animales, pero no del rayo que perpetuamente iluminaba su reino.

 

La leyenda narra que, en un arrebato de furia al descubrir el amor entre su hija Maruma y el joven Tamare, Zapara golpeó la tierra con tanta fuerza que creó la vasta hondonada que hoy conocemos.

 

Su ira no se aplacó; con otro pisotón en la orilla del mar, hizo que las aguas saladas irrumpieran para llenar el vacío, formando así el gran lago donde, se dice, las canciones de amor de la pareja aún resuenan en el susurro de las olas.

 

Alonso de Ojeda, navegando las costas venezolanas, se convirtió en el primer europeo en avistar estas aguas, bautizándolas como San Bartolomé. Sin embargo, fue el alemán Ambrosio Alfínger quien, el 8 de septiembre de 1529, al visitarla la llamó Nueva Núremberg, pero al escuchar el nombre que los indígenas daban a la región, rebautizó la ciudad y su gran espejo de agua como Maracaibo.

 

Desde esos días se ha venido tejiendo con hilos de mito y de historia el alma de esta ciudad. Maracaibo es un patrimonio intangible que grita desde las profundidades para ser rescatado del olvido y la desidia.

 

Hoy hacemos un llamado urgente al rescate de nuestra memoria, de nuestro patrimonio histórico y cultural, que es la verdadera riqueza de la tierra del sol amada.

 

Soñamos con un desarrollo que honre esta herencia, que restaure su centro histórico, que revitalice sus plazas, no que destruya sus obras pictóricas y que convierta cada leyenda en un motivo de orgullo.

 

Soñamos con una Maracaibo próspera y vibrante, que abra sus brazos para que aquellos que se fueron, llenos de talento y añoranza, regresen. Que su regreso no sea solo un retorno, sino una reinvención, una contribución para construir, entre todos, la grandeza que esta ciudad legendaria merece.

 

Que las canciones de Maruma y Tamare vuelvan a entonarse en una Maracaibo renacida.

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