
Irán y los tres países europeos conocidos como E3 —Alemania, Francia y Reino Unido— celebrarán este viernes en Estambul una nueva ronda de conversaciones sobre el programa nuclear iraní, tras la amenaza europea de reactivar las sanciones internacionales contra Teherán.
Teherán y el E3 volverán a verse cara a cara un mes después de su última reunión, que se llevó a cabo en Ginebra el 21 de junio, mientras caían las bombas israelíes sobre el país persa y pocas horas antes de los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Irán.
En la cita de Estambul, los viceministros de Exteriores de Irán, Majid Takht Ravanchi y Kazem Gharibabadi, representarán a su país con el objetivo de “evaluar los caminos diplomáticos disponibles” para evitar una escalada y resolver las diferencias sobre el programa nuclear iraní.
Pero la postura de Irán sigue siendo firme en cuanto al enriquecimiento de uranio.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, reiteró el miércoles en una entrevista con la cadena Al Jazeera que el enriquecimiento de uranio continuará en territorio iraní, a pesar de la oposición de Occidente, afirmando que el desarrollo de su capacidad nuclear se llevará a cabo «en el marco del derecho internacional».
“Esta es una postura fundamental y permanente. El enriquecimiento de uranio continuará en territorio iraní de conformidad con las normas internacionales”, afirmó Pezeshkian, en una entrevista con la cadena Al Jazeera, publicada el miércoles.
Pezeshkian dijo que un acuerdo debe beneficiar a ambas partes de la negociación y aseguró que su país “no aceptará amenazas o dictados”.
Asimismo, el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, ha afirmado que su país participará en las conversaciones con una postura “más fuerte y firme” que antes de la guerra.
“Cualquier acuerdo sobre el programa nuclear iraní debería incluir el enriquecimiento en el futuro, porque es nuestro derecho”, aseguró el lunes el ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, en una entrevista con la cadena estadounidense Fox News.
La postura europea
Los países del E3 juegan con su as bajo la manga: el mecanismo llamado ‘snapback’, estipulado en el acuerdo nuclear de 2015 y en la resolución 2231 de la ONU, que permite restaurar las sanciones internacionales contra Teherán, levantadas en virtud de dicho pacto, que a cambio restringía el programa nuclear iraní.
Las capitales europeas han amenazado con activar el ‘snapback’ en caso de que no haya avances en las conversaciones nucleares hasta finales de agosto.
“Sin un compromiso firme, tangible y verificable de Irán, lo haremos a finales de agosto a más tardar”, advirtió el ministro francés de Exteriores, Jean-Noel Barrot, la semana pasada desde Bruselas.
De activarse el mecanismo, se restablecerían contra Irán el embargo de armas de la ONU, así como controles de exportación, prohibiciones de viaje, congelación de activos y otras restricciones a personas, entidades y bancos iraníes.
Los tres países europeos, junto con China y Rusia, son las partes restantes del acuerdo nuclear alcanzado en 2015 con Irán, que tienen derecho a invocar el ‘snapback’.
Pero Irán no lo cree así. Considera que, tras la salida unilateral de Estados Unidos en 2018 del pacto nuclear, oficialmente denominado Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), el E3 dejó de cumplir su parte del trato, por lo que ha denunciado que “carece de legitimidad legal, política y moral para invocar los mecanismos” de dicho acuerdo.
Así se expresó el ministro iraní de Exteriores en cartas enviadas esta semana al secretario general de la ONU, António Guterres; al presidente del Consejo de Seguridad, Asim Iftijar Ahmad; y a la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas.
Araqchí, uno de los artífices del acuerdo de 2015, advirtió de las consecuencias negativas que tendría la activación del ‘snapback’.
Este año, Irán ha mantenido cuatro rondas de conversaciones con el E3, de forma independiente a las negociaciones con Estados Unidos, con el que también ha entablado cinco rondas de diálogo sin lograr progresos, debido a las divergencias sobre el enriquecimiento de uranio por parte de Teherán.
EEUU exigía el cero enriquecimiento, mientras Irán defendía —y sigue defendiendo— su programa nuclear pacífico.
Estas conversaciones quedaron estancadas por la guerra de 12 días entre Irán e Israel en junio, la cual finalizó con una tregua anunciada por EEUU, que también intervino en el conflicto para atacar las tres principales instalaciones nucleares iraníes.
EFE
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