Las importaciones de GNL batieron récords. Detrás de Estados Unidos (45%), Rusia ocupaba un lugar central en ese suministro, con 20% de las importaciones de la Unión Europea (UE) en 2024.
La Unión Europea (UE) lanzó este martes un plan para poner punto final a la importación de gas ruso para finales de 2027, un objetivo difícil de alcanzar por el nivel de dependencia del bloque de ese combustible fósil.
«Hoy la UE envía un mensaje claro a Rusia. Nunca más permitiremos a Rusia utilizar la energía como un arma contra nosotros», dijo el comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, al presentar el plan ante el Parlamento Europeo.
El ejecutivo europeo propone actuar en dos tiempos: la prohibición de nuevos contratos y contratos cortos existentes con las empresas rusas a finales de 2025, y luego el cese del conjunto de importaciones de gas desde Rusia dos años después.
Esta hoja de ruta, varias veces aplazada antes de su presentación este martes en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, será sometida ahora a los Estados miembros y al Parlamento.
Las negociaciones serán difíciles, ante el temor de que vuelvan a dispararse los precios de la energía.
La parte de las importaciones de gas ruso en la UE ha pasado del 45% en 2021 al 19% en 2024.
Pero, aunque el bloque ha hecho todo lo posible para reducir sus suministros a través de gasoductos, se ha volcado más hacia el gas natural licuado (GNL), transportado por barco, descargado en los puertos, regasificado y luego inyectado en la red europea de gas.
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