El historiador rumano afirma que la democracia en Ucrania es una amenaza directa para un régimen autoritario como el de Putin.
En los años noventa, el rumano Armand Goşu se doctoró en Historia de Rusia por la Universidad de Moscú y fue corresponsal del servicio en rumano de la BBC en la capital rusa. Goşu es hoy profesor de historia y política de Rusia y la antigua URSS en la Universidad de Bucarest. Poco después de regresar de un viaje a Ucrania y Moldavia ha hablado con Letras Libres sobre la amenaza de invasión rusa que tiene en vilo a Estados Unidos y Europa.
¿QUÉ QUIERE PUTIN?
Si miras la historia de Rusia de los últimos trescientos años te das cuenta de que es cíclica. Pedro el Grande perdió contra los suecos en Nerva y comenzó a modernizar el imperio –a hacer reformas económicas, a construir un nuevo ejército– para después tomarse la revancha en la batalla de Poltava, donde derrotó a los suecos liderados por el rey Carlos XII, que se refugió en el Imperio Otomano. Un siglo y medio más tarde tuvo lugar la Guerra de Crimea. Rusia fue derrotada y vino un nuevo zar, Alejandro II, que hizo grandes reformas que cambiaron Rusia, la modernizaron y la prepararon para volver a tomarse la revancha. Esta idea de que Rusia debe tomarse la revancha es muy importante.
Más recientemente, la Unión Soviética colapsó después de la Guerra Fría. Rusia se sintió derrotada, humillada. Con el dinero de la exportación de hidrocarburos se modernizó y Putin quiere ahora tomarse la revancha, que se respete a Rusia y que ocupe otro lugar en la escena internacional.
La verdad es que Rusia es un país que solo puede vivir como imperio. Como Alemania, por otra parte. Sin embargo, después de perder dos guerras, Alemania ha optado por conseguir su objetivo a través del soft power. En lugar de conquistar el mundo con tanques lo conquista con BMWs. Rusia no tiene habilidades para esto, no sabe fabricar coches. Con Sputnik y con Russia Today, Rusia ha intentado expandirse a través del soft power, pero no le ha salido bien. Era como un elefante en una tienda de porcelana. Así es el soft power ruso. De momento no les sale, tienen mucho que aprender y que practicar.
Volviendo a Putin, ha modernizado Rusia con la ayuda de un contexto internacional favorable gracias al alza de los precios del petróleo. Sobre todo, Putin ha modernizado el ejército, que no tiene nada que ver con el que heredó cuando llegó al poder. Ha invertido muchísimo dinero en el ejército.
La respuesta corta a su pregunta es que Putin quiere cambiar el sitio que Rusia ocupa en el mundo, quiere ampliar el papel que tiene Rusia en la escena internacional.
¿POR QUÉ HA DECIDIDO DOBLAR SU APUESTA AHORA?
Lo que ocurre en Ucrania es una amenaza directa para un régimen autoritario como el de Putin, porque la gente en Rusia ve que un modelo democrático puede funcionar para sus vecinos ucranianos. ¿Si puede funcionar para los ucranianos por qué no también para los rusos? ¿O es que los ucranianos son compatibles con la civilización occidental y los rusos no?
Para Rusia, uno de sus grandes retos es la modernización. Los rusos buscan modelos para modernizar el país. Después de la Guerra Fría, con Boris Yeltsin, decidieron adoptar el modelo occidental, americano. Cuando Putin llegó al poder descartó el modelo occidental de modernización como inapropiado para Rusia y se empezó a hablar de otros modelos: Singapur, el régimen de Pinochet en Chile o Corea del Sur, donde regímenes autoritarios militarizados modernizaron con éxito sus países. En el año 2000, con la llegada de Putin, la élite rusa decidió modernizar el país mediante un régimen autoritario. La sociedad llegó a una especie de consenso: renunciamos a esta democracia que no nos ha traído nada bueno y adoptamos un régimen autoritario, nos modernizamos y nos tomamos la ansiada revancha.
Para Putin, Ucrania es un pretexto. Si no fuera Ucrania sería otra cosa. Putin quiere que el mundo sea distinto. Pide garantías de que nadie va a tocar el espacio de influencia de Rusia. ¿De dónde viene su obsesión con el espacio de influencia? Él dice que el mundo de después de la Guerra Fría, el mundo unipolar en el que los americanos eran el único polo de poder, no es bueno, y defiende un mundo multipolar. Uno de estos centros de poder mundial debe ser Rusia. Los otros centros –Estados Unidos, China, la Unión Europea– basan su poder en la tecnología, en un ejército fuerte, en una población numerosa o en un sistema de producción barato. ¿Qué tiene Rusia para reivindicarse como potencia? El territorio, el control sobre el antiguo espacio soviético. Putin no quiere perder este control, porque, si lo pierde, pierde el estatuto de polo mundial de poder. Esto condenaría a Rusia a ser una potencia de segunda, una potencia regional.
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Putin no quiere perder este control, porque, si lo pierde, pierde el estatuto de polo mundial de poder. Esto condenaría a Rusia a ser una potencia de segunda, una potencia regional.
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