El debate sobre el regreso a clases presenciales sigue reflejando la contradicción entre la salud y la educación.
“Después de haber analizado exhaustivamente los distintos aspectos que hacen a la importancia de la escuela en la vida de los niños, niñas y adolescentes en lo referido a los aspectos educativos, culturales, de educación física, sociales, sanitarios, nutricionales, enfatizamos que el derecho a la educación es fundamental y que la tarea docente con los educandos y sus familias es esencial. En este marco, la Sociedad Argentina de Pediatría cree que la vuelta a las escuelas en la modalidad presencial es imprescindible”.
Este pronunciamiento de la máxima instancia de los pediatras argentinos tiene el valor de partir de trabajadores de la salud en un país de nuestra región. Aclaran que es imprescindible considerar la evolución de la pandemia en cada localidad.
“Los adolescentes toman la palabra” responde a una iniciativa de Cecodap para conocer de primera mano cuál es la visión que tienen los propios estudiantes. Ha permitido constatar que no están ajenos al debate que se desarrolla en el país:
“Las clases presenciales son un tema de suma delicadeza en la actualidad ya que sin las medidas necesarias podemos contagiar a todo un grupo de docentes, estudiantes, personal administrativo y familiares de estos; tristemente y a mi parecer son necesarias las clases presenciales ya que es muy infructuoso manejar contenidos y actividades a través de zoom” Daniela Mora, 13 años, U.E.P Colegio Champagnat, Caracas.
“Aunque pienso que todavía no estamos listos para tener clases presenciales he pensado algunas de las formas de llevarlo de manera que no ocasione muchos contagios. Pienso que una forma de llevarlo es ir a presenciales una semana y combinarlo con las clases online, para que sea más ameno” Jonathan Peraza, 15 años, Colegio Francia, Caracas.
“No hay internet, hay fallas de luz, logrando que la mayoría de los estudiantes no estén teniendo la posibilidad de recibir clases. Esto es como una moneda, en donde podemos ver por una cara a la gente que cuenta con los medios para poder regresar a clases o simplemente recibir clases online y por el otro lado es la realidad de las personas que no tienen los recursos necesarios”, Mariangel Rivero, 16 años, Colegio San Ignacio de Loyola, Caracas.
Bioseguridad presente
Las directrices para entornos escolares seguros de la OMS y de UNICEF son recogidas en las propuestas de los adolescentes.
“Para que las clases presenciales no tengan más afectados por este virus las soluciones son tener un metro de distancia, utilizar el tapaboca correctamente, caretas, gel antibacterial, entre otras medidas de seguridad”, Daniel Rojas, 15 años, UE Andy Aparicio, Fe y Alegría, La Vega, Caracas.
“Como mínimo para regresar a clases presencialmente, lo correcto sería aplicar las medidas de bioseguridad requeridas, tener supervisión para comprobar que se esté cumpliendo con el protocolo, ser conscientes y colaborar. Valentina Rivera, 15 años, Unidad Educativa San Martín de Porres, Fe y Alegría – Porlamar.
“Mantener distancia unos de otros, que haya al menos un pupitre de separación entre cada alumno, mantener todos los espacios limpios y desinfectados, que los alumnos no presten ni compartan nada, medir la temperatura a todas las personas que entren a la institución y si alguien tiene alta temperatura mandarlo de vuelta a casa” Sabrina Pereira, 13 años, Colegio Teresiano El Paraíso.
¿Y la salud mental?
“Los estudiantes de todas las edades se enfrentan a la ansiedad, surgida de pasar de estar durante muchos meses en una zona segura y de confort, en la que, en muchas ocasiones, han tenido ayuda diaria, a volver a las aulas, además en unas condiciones muy distintas a las que conocen, por lo que en primer lugar, el regreso a clases y la reintegración del estudiante como individuo en la sociedad debe ser algo progresivo y controlado”. Fabiana Alcalá15 años, U.N.E.F.I. “Luisa Cáceres de Arismendi”, Maturín.
Hay que permitir que los niños y adolescentes tomen la palabra en las familias, escuelas y sociedad en general, para convertirlos en parte de la solución.
Hay que permitir que los niños y adolescentes tomen la palabra en las familias, escuelas y sociedad en general, para convertirlos en parte de la solución.
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