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sábado, 2 de enero de 2021

Benigno Alarcón: Es fundamental que la oposición recupere su capacidad de movilizar al país / Benigno Alarcón prevé que no habrá cambios en la comunidad internacional con respecto a Venezuela (Video) Por Estefany Ali

gobierno, oposición

Para el académico, el 2021 será escenario de una “autocratización” creciente en la que el Gobierno buscará apresar o llevar al exilio al presidente del gobierno interino, Juan Guaidó.

Caracas. El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB), Benigno Alarcón, señaló que, tras más de 20 años del chavismo en el poder, los estudios de opinión registran un porcentaje, de aproximadamente un tercio de la población, que empieza a “darse por vencido” en torno a la posibilidad de que se produzca un cambio político en el país. “Esa justamente es la actitud que necesita un régimen que no tiene vocación democrática para mantenerse en el poder”, advirtió.

A juicio del académico, el gobierno de Maduro pondrá en práctica en 2021 una agenda de “creciente autocratización”. Uno de los primeros pasos de este itinerario será lograr el exilio o la captura del presidente del gobierno interino, Juan Guaidó. “El Gobierno quiere pasar la página y cerrar el capítulo de Guaidó y quiere cerrarlo complemente”.

El abogado, quien completó una maestría en gerencia pública en la Universidad de Maryland (Estados Unidos), indicó que la oposición tiene como tarea fundamental recuperar su “capacidad de liderar y movilizar” al país y que deberá enfrentar la estrategia del chavismo para dividirla en las elecciones regionales. Considera que, aunque el Gobierno permite cierta apertura en lo económico, esto no implica que haga lo mismo en el ámbito político. Recordó los casos de China, Rusia y Cuba. “No es cierto que una liberalización económica lleve como consecuencia un proceso de liberalización política”.

¿Qué evaluación hace de la reforma del estatuto de la transición que hizo la Asamblea Nacional?

—Lo más importante de la reforma, independientemente de que alguien pueda estar o no de acuerdo con ciertos puntos en particular, es que sirve para mantener la unidad de los partidos políticos que representan a la mayoría en el país. Los partidos mayoritarios han sido los que ganaron la elección de 2015 y el hecho de que haya habido la abstención que hubo en la elección parlamentaria, después de que ellos decidieron no participar, hace pensar que siguen siendo los partidos mayoritarios. Las encuestas señalan que los que se consideran opositores se sienten, principalmente, representados por esos partidos —unas veces más, otras veces menos— y no por otros que fueron los que participaron en las parlamentarias. El hecho de que haya una ganancia obtenida por hacer una reforma, de eso que llamaron el estatuto de la transición, que permite mantener cierto nivel de unidad, es positivo. Peor sería que no se hubieran reformado nada y que cada partido hubiera decidido irse por su lado. Estando divididos y separados tienen mucho menos oportunidades de lograr algo.

La otra cosa que no se puede perder de vista es que en la reforma hay un cable a tierra porque se reconoce que el camino hacia una transición no necesariamente es el que habían planteado inicialmente de “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, sino que la transición puede pasar primero por una elección, como ha sucedido en muchos países.

Hemos cuestionado mucho que haya una estrategia rígida, para decir que primero va a suceder una cosa y después la otra. La estrategia siempre exige cierto nivel de flexibilidad táctica, dependiendo de las oportunidades que se van presentando. Hay un tercer elemento. Se está dispuesto a cambiar la forma en la que se toman decisiones a través de un órgano colegiado, como ha sido este consejo político, y eso es positivo. Este consejo implica que buena parte de la negociación de esta reforma ha tenido que ver con cómo y quiénes toman las decisiones. Que se hayan modificado las formas como se toman las decisiones contribuye a tratar de mantener esa unidad, ese es un elemento que vale la pena modificar.

¿Esos cambios plantean una nueva estrategia dentro del gobierno interino?

—Creo que sí, porque cuando cambia la manera como se toman las decisiones obviamente lo más seguro es que también se modifiquen las decisiones. Lo que nosotros estamos viendo con la formación de este consejo político es un traslado del modo de tomar decisiones del G4 (AD, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) a esta estructura de comisión delegada de la Asamblea. Eso obliga a un mayor nivel de consenso para tomar cualquier decisión y, al exigirse mayor nivel de consenso, va a haber una modificación en las decisiones que se toman. Creo que va a haber un cambio de estrategia. Lo que es difícil de entender es porqué se critica tanto que haya un cambio de estrategia, cuando evidentemente la estrategia no ha funcionado. Lo lógico cuando hay una estrategia que no ha funcionado es que reconsideres la estrategia y al reconsiderarla puede que se mantenga parcialmente o se cambie totalmente.

¿Qué lecciones deja esta experiencia de un gobierno interino? Parece una experiencia que no han vivido muchos países.

—Nunca he simpatizado con la figura de un gobierno interino. No lo hago porque un gobierno interino genera la expectativa de que se puede actuar como gobierno. Eso es un gran error porque cuando generas la expectativa de que se puede hacer algo con el deterioro de la situación del país, la falta de comida, de combustible, el deterioro de las condiciones económicas, puede ser interpretado por muchos como que eso tiene más de un responsable: el gobierno de Maduro, usurpador o como lo quieran llamar, y el gobierno interino que tampoco logra hacer nada. Creo que el gobierno de Maduro tiene que cargar con toda la responsabilidad de todo lo que ha hecho mal, porque la realidad es que el gobierno interino no tiene la capacidad de hacer absolutamente nada. En primer lugar, porque no tiene control sobre las instituciones y en segundo lugar porque no tiene control sobre el territorio. Es un gobierno que está extraordinariamente limitado.

Creo que la figura del gobierno como tal se la tienen que terminar dejando a Maduro. Lo importante para la oposición es que esta lidere a la mayoría del país que busca un cambio democrático y no que busque sustituir simbólicamente a un gobierno que termina siendo el responsable de que las cosas no funcionen en el país. El tema de mantener o no el gobierno interino me tiene sin cuidado, lo que debe preocupar más es perder el liderazgo que la mayoría del país reclama para un cambio político. Llamarse gobierno interino y no poder gobernar termina haciendo más daño que otra cosa.

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1 comentario:

  1. El tema de mantener o no el gobierno interino me tiene sin cuidado, lo que debe preocupar más es perder el liderazgo que la mayoría del país reclama para un cambio político. Llamarse gobierno interino y no poder gobernar termina haciendo más daño que otra cosa.

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