Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Ala radical demócrata le pasa factura a Biden

Bernie Sanders dice que "no ha visto" a Joe Biden respetar el poder progresista que le ayudó en las elecciones
La paciencia no es el fuerte de los progresistas, al menos no del senador Bernie Sanders, quien ha sido uno de los primeros en salir al paso con declaraciones contra Biden (Archivo)

Las fricciones entre el demócrata Joe Biden y los progresistas siguen escalando. Ahora los discursos de quienes componen el ala radical de este partido toman una tonalidad más agresiva. Ya se pasó del escepticismo al cuestionamiento y peor aun, al señalamiento.

Este nuevo impasse puede también jugar en contra de Joe Biden, quien a medida que pasan los días va dando a conocer las fichas que pretende colocar en puestos estratégicos, en caso de llegar a un eventual Gobierno.

Y es que la paciencia no es el fuerte de los progresistas, al menos no del senador Bernie Sanders, quien ha sido uno de los primeros en salir al paso con declaraciones bastante incisivas contra Biden por el manejo en las nominaciones para su gabinete.

Sus últimas palabras muestran cómo se va resquebrajando el cristal de la imagen que vendieron de un partido monolítico y consistente, para acabar con el presidente Donald Trump el 3 de noviembre, objetivo que aún no se ha concretado, a pesar de las campañas que se aglutinan a favor de esta matriz de opinión.

Sanders se plantó y habló por la facción más radical que le describe y representa de manera íntegra: la izquierda demócrata. El senador no ha tenido miramientos y le recuerda a Biden que tiene deudas que pagar con la representación más incendiaria de este partido tan heterogéneo.

«Le he dicho a la gente de Biden: el movimiento progresista es el 35-40 % de la coalición demócrata. Sin mucho trabajo enormemente duro por parte de los activistas de base y los progresistas, Joe no habría ganado las elecciones», dijo Sanders en unas declaraciones citadas por Axios.

Tras reflejar estos números que, a su juicio, fueron los decisivos en la contienda, Sanders ahora pide su respectiva porción por correlación de fuerzas. Al respecto, el senador indica que: «El movimiento progresista merece una serie de escaños , escaños importantes, en la administración Biden. ¿Lo he visto en este momento? No lo he visto».

Con declaraciones de esta naturaleza, Bernie Sanders se perfila en búsqueda de un puesto de mayor envergadura. Pide respeto al ala progresista y pide lo que piensa que por derecho le corresponde: más selecciones de gabinete y de alto nivel en una eventual administración.

Sin embargo, las quejas de Sanders son solo la punta del iceberg. Axios ahonda en algunos factores para cuestionar las elecciones de Biden. Argumentos que al leerse tienen un carácter ideológico cargado, muy cargado.

«Biden prometió hacer que su gabinete ‘se pareciera a Estados Unidos’, pero eligió a un hombre blanco que ya ocupó el puesto durante ocho años en lugar de dos mujeres calificadas, incluida una que es negra, la representante Marcia Fudge (demócrata por Ohio)», informa Axios.

Los patrones que inician la discordia

Las declaraciones de Sanders no son aisladas. Hay disconformidad entre los demócratas afines a la izquierda. Ya no hay disimulo.  La congresista Alexandria Ocasio-Cortez también discute sobre ello. Ahora no se muerde la lengua, por el contrario, habla con mucho desparpajo sobre la posible decepción que pueda ser Joe Biden, si no cumple con sus responsabilidades y abre las puertas a los más radicales del partido.

Ocasio-Cortez dejó en el tapete su escepticismo en una entrevista a The New York TimesEl medio le sirvió como cancha para colocar la pelota del lado del exvicepresidente de Obama, al aludir que «no sé qué tan abiertos estarán (en la administración Biden). Y no es algo personal. Es solo que la historia del partido tiende a ser que nos emocionamos mucho con las bases para ser elegidos. Y luego esas comunidades son rápidamente abandonadas inmediatamente después de una elección».

Posterior a estas declaraciones vinieron varias nominaciones de Biden para un eventual gobierno, que más allá de dar una visión de nueva era, se muestran como un tercer mandato de Barack Obama. Ejemplo de ello es la nominación de Janet Yellen como secretaria del Tesoro.

Yellen, de 74 años, fue presidente de la Reserva Federal durante el Gobierno de Obama. Sus propuestas se caracterizaron por tener inclinación hacia lo tachado como políticas blandas, es decir, iniciativas tales como mantener bajas las tasas de interés para sostener el empleo. En aquel momento esa era la solución que se planteaba para abordar un mercado laboral maltratado.

Entre otros nombramientos encaminados hacia la polémica estuvo el de Neera Tanden, la nominación de Biden para encabezar la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, en inglés) de la Casa Blanca. La demócrata trabajó con Obama en la reforma sanitaria. Previo a ello, surgió como una de las principales aliadas de Hillary Clinton cuando fue nominada en 2016.

Tanden ha tenido fricciones de gran calibre dentro del Partido Demócrata, al punto de que hoy algunos progresistas la describen como «todo lo tóxico»  en lo corporativo de su partido.

Otro nombre que surgió, no menos controversial, fue el del general Lloyd Austin, ya retirado del Ejército.  Joe Biden lo propuso para liderar el Departamento de Defensa. Este militar que también figuró en la administración Obama fue acusado de presentar una imagen «más optimista» de la lucha de Estados Unidos contra el Estado Islámico (ISIS, en inglés), según Daily Caller. 

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1 comentario:

  1. Ocasio-Cortez dejó en el tapete su escepticismo en una entrevista a The New York Times. El medio le sirvió como cancha para colocar la pelota del lado del exvicepresidente de Obama, al aludir que «no sé qué tan abiertos estarán (en la administración Biden). Y no es algo personal. Es solo que la historia del partido tiende a ser que nos emocionamos mucho con las bases para ser elegidos. Y luego esas comunidades son rápidamente abandonadas inmediatamente después de una elección»

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