Trump o Biden
Si existiera alguna duda sobre la importancia decisiva de Estados Unidos en el rumbo del planeta Tierra, para borrarla bastaría ver el interés que mueven las elecciones del 03 de noviembre. El mundo será el miércoles lo que los electores estadounidenses dispongan el martes.
Esto vale para los inversionistas no sólo de Occidente, sino, aún más, para los de Beijing y Moscú. Para los venezolanos, lo que está en juego es mayor aún, porque no sólo su destino económico, sino su esperanza de libertad, depende del próximo Presidente de los Estados Unidos.
Biden representaría un retorno a la política que se ha llamado “de persuasión”, la que Obama practicó durante ocho años sin resultado positivo. La de presiones extremas seguida por Trump tampoco ha sido eficaz; pero, al haberse ejecutado en escalada, debe suponerse que no temerá llegar adonde sea necesario para lograr el triunfo, algo que no tiene substituto.
Los demócratas tienen razón al recordar que gobiernos suyos han sido los que han tomado decisiones de fuerza, desde Pearl Harbor hasta Libia. El problema es que Biden tendría que ofender a la beligerante izquierda de su partido. En cuanto a los republicanos, para los grandes negocios que representan la reactivación de Venezuela con un modelo chileno sería como para que se olvidaran de aislacionismos.
Razones económicas como la postración agigantada por la pandemia son las que llevan a las grandes decisiones. En la época pre-nuclear la guerra por Venezuela ya se habría decidido, por cierto con el triunfo de Estados Unidos. Pero esas soluciones ya no son viables. La solución sólo puede encontrarse en un acuerdo del más alto nivel. Trump parece capaz de concretarlo con Putin. Biden también es capaz de hacerlo, pero el Partido Demócrata atraviesa una intoxicación izquierdista que trabaría las manos del gobernante, caso de que llegue a serlo.
La reactivación de Venezuela se reflejaría en toda la economía mundial, y el cambio político es condición indispensable para esa reactivación. Esto cuenta igual para Trump que para Biden. Cualquiera de los dos tendría que hacerlo, siempre que pueda.
La reactivación de Venezuela se reflejaría en toda la economía mundial, y el cambio político es condición indispensable para esa reactivación. Esto cuenta igual para Trump que para Biden. Cualquiera de los dos tendría que hacerlo, siempre que pueda.
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