Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Sembrar la democracia, por Simón García

Sembrar la democracia

Twitter: @garciasim


La historia proporciona muchos ejemplos de dirigentes que se han sobrepuesto a sus derrotas. Primero la reconocieron y averiguaron sus causas, porque la derrota engaña a quienes la padecen. Sin examen crítico, sin la reflexión que interrogue sobre el rumbo, se propagará el convencimiento ilusorio de estar predestinados al éxito sólo porque la causa es justa.

En situaciones de sub-polarización interna, aquella que se dirige no a debilitar el poder dominante sino al polo que se le opone, los efectos catastróficos de una derrota suelen iniciarse con una reyerta por el control del liderazgo y los recursos. La descalificación de dirigentes y el pase de reclamos silenciosamente guardados, degrada las relaciones internas y acentúa la sustitución de objetivos, como el de unirse a las necesidades de la gente, por el de ser mayoría en la oposición organizada. O lo que comienza a quedar de ella, después de los intentos de amurallar la estrategia sin ruta viable o reducir el viraje a que no retoñe el pescuezo de unos determinados dirigentes.

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Ha sido una cultura, un modo de pensar y hacer, lo que ha abierto la inocultable distancia entre deseos y logros. La mayoría de la dirección opositora sustituyó la estrategia democrática por otra basada en la relativización de la Constitución Nacional, la imposición vanguardista, el empleo de medios violentos, la criminalización de sectores opositores por cálculos políticos, el ataque indiferenciado al poder dominante o el predominio de una hegemonía excluyente empeñada en avanzar con los menores aliados posibles.

El abandono de la cultura democrática por la mayoría de la oposición, se ha expresado al menos, en seis aspectos:

1) La facilidad con la que ideas y prácticas autoritarias son absorbidas en sus círculos dirigentes.

2) La opacidad, el secretismo y la no rendición de cuentas sobre su desempeño.

3) La desvinculación con importantes élites sociales y regionales. Pretensión de instrumentalizar a los demás.

4) La búsqueda del lance como solución instantánea y violenta del conflicto de poder. Subestimación de la organización y la movilización social.

5) Combatir desde afuera de las instituciones, organizaciones y programas que estructura el régimen autocrático.

6) La resistencia al diálogo y acuerdos con actores del campo dominante.

7) Descalificación del voto y continuo rechazo a participar en elecciones con las restricciones que siempre impondrá el ejercicio autoritario del poder.

Las dos coaliciones extremistas que desde la oposición pugnan por destrozarse y encarnar una visión del Departamento de Estado, que no conviene ni a los EUU ni a América Latina, no podrán ignorar la realidad que los refuta. En su propósito de acelerar la caída del régimen, dejan en punto ciego lo que ocurriría el día después de la invasión de fuerzas extranjeras. No resguardan la estabilidad e irreversibilidad de una transición a la democracia que necesita unificar al país para no dejar en manos; solidarias, pero ajenas, una reconstrucción de Venezuela que debe ser dirigida por venezolanos.

Mientras tanto, no aparece el liderazgo que trace con claridad una ruta alternativa. Los dirigentes que pueden hacerlo exageran la prudencia. Retardan su giro con cualquier pretexto. Dudan en encabezar las rectificaciones que exige el lento aniquilamiento de la vida y del país.

¿Vamos a esperar a que Maduro no esté en el poder para ser demócratas? ¿Vamos a volver a legitimar al régimen, como ocurrió el 2005, optando por la abstención como plan del gobierno? No es de extrañar que la voluntad de cambio de la sociedad, esté formando en los subterráneos de la libertad, actores que puedan abrir nuevos caminos.

Es hora de sembrar para recoger la cosecha mañana. No hay que esperar las elecciones norteamericanas ni al 2021. Hay que hacer hoy lo que nos corresponde y persistir en ayudar a que emerja esa arma imbatible en manos de cada ciudadano: la democracia.

 TalCual

1 comentario:

  1. Ha sido una cultura, un modo de pensar y hacer, lo que ha abierto la inocultable distancia entre deseos y logros. La mayoría de la dirección opositora sustituyó la estrategia democrática por otra basada en la relativización de la Constitución Nacional, la imposición vanguardista, el empleo de medios violentos, la criminalización de sectores opositores por cálculos políticos, el ataque indiferenciado al poder dominante o el predominio de una hegemonía excluyente empeñada en avanzar con los menores aliados posibles.

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