Leopoldo López logró escapar de la persecución y la opresión del régimen de Nicolás Maduro.
El dirigente opositor venezolano, de 49 años, está en Madrid tras abandonar la residencia del embajador de España en Caracas, donde permanecía resguardado desde el 30 de abril de 2019.
El líder venezolano llegó a España a través del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, pero aún se desconoce si salió de un vuelo vía Bogotá o Miami. Tampoco se conocen los detalles de sus escalas o sobre cómo logró burlar los exhaustivos controles del régimen chavista a la residencia del Embajador.
Madrid supone un lugar de encuentro tanto con su esposa, Lilian Tintori, sus tres hijos y su padre, el eurodiputado Leopoldo López Gil.
“Muy feliz de reunirme con mi hijo en Madrid y disfrutar su libertad en compañía de la familia. Gracias a España por su apoyo consecuente a los principios democráticos”, afirmó Leopoldo López Gil a través de su cuenta de Twitter.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España reiteró en un comunicado que la decisión de López de abandonar la Embajada española en Caracas fue “una decisión personal y voluntaria”.
En el texto, se asegura que el Gobierno “condena las detenciones de personal laboral de su Embajada así como los registros producidos en domicilios de personal adscrito a la misma, actos que suponen un incumplimiento de las obligaciones contenidas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas” y reitera que la solución a la crisis venezolana pasa por “una salida negociada, dirigida por los propios venezolanos que permita la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias con plenas garantías democráticas”.
¿El último ‘regalo’ a Guaidó?
El apoyo a la salida de Leopoldo López impresiona por el distanciamiento del Gobierno del PSOE-Podemos con Juan Guaidó. Más aún tras desvelarse los planes de Sánchez y Josep Borrell para intentar blanquear el fraude electoral del chavismo previsto para finales de 2020.
Fuentes cercanas a la Asamblea Nacional de Venezuela, en manos del presidente interino, advierten a Periodista Digital de la necesidad de valorar la salida del líder opositor como un ‘regalo de despedida’ del PSOE a Juan Guaidó.
Es importante destacar que la salida de Venezuela se produce a un mes del fraude electoral y coincide con un cambio inminente del embajador español en Caracas, Jesús Silva, quien dio amparo al político en su residencia.
Silva, que fue fue nombrado por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2017, se convirtió en una ‘china en el zapato’ para el chavismo. Por eso, entre el plan del PSOE para blanquear el fraude de Maduro se necesitaba un cambio radical en la sede diplomática española.
En sus más de tres años en la Embajada de España, Jesús Silva se vio expulsado durante tres meses por el Gobierno de Maduro a principios de 2018, en represalia por un paquete de sanciones que anunció la UE contra dirigentes del régimen.
Un año después, a finales de abril de 2019, Silva acogió en la residencia de la Embajada al opositor Leopoldo López, horas después de que fuera liberado de su arresto domiciliario por militares afines al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, al que España y otros países reconocen como presidente encargado del país.
En junio de este año, Maduro amenazó con sanciones diplomáticas al embajador acusándole de “complicidad” con Leopoldo López, al mismo tiempo que expulsaba a la embajadora de la UE en el país.
Ahora, se suman las críticas de Diosdado Cabello, número dos del régimen bolivariano, por su apoyo a la salida de Leopoldo López de Venezuela.
Unas palabras que, según afirman fuentes fiables a Periodista Digital, buscan “guardar las apariencias de una salida acordada entre España y el chavismo. La embajada tiene una vigilancia constante y militarizada, por lo que su salida tuvo que tener el beneplácito del régimen o, al menos, de uno de sus líderes”.
Acercamiento al chavismo
Con esta último ‘regalo’ a Juan Guaidó, Pedro Sánchez ‘quema’ a Silva y deja el camino abierto para la llegada de un Embajador más cercano a los intereses tanto de sus socios de Podemos, como al chavismo.
El pasado 29 de septiembre, el Gobierno del PSOE-Podemos autorizó que el embajador de España en Cuba, Juan Fernández Trigo, sea quien tome las riendas de la embajada de España en Caracas. Sin embargo, la decisión ya llegó con polémica y una clara señal de favoritismo con el dictador bolivariano.
A pesar de que España, como Estados Unidos o la Unión Europea (UE), reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado del país, será el régimen de Nicolás Maduro el que tenga que autorizar el cambio del líder de la misión diplomática de España en la embajada de Caracas.
La solicitud del Gobierno de España ofrece un doble y peligroso mensaje: por un lado, se desautoriza a Juan Guaidó como autoridad de Venezuela; por el otro, se garantiza que la Embajada de España en Caracas estará en manos de una figura cómoda con el régimen de Nicolás Maduro.
Juan Fernández Trigo, quien se encuentra en La Habana desde 2018, ya conoce cómo es lidiar con un régimen dictatorial que simula ser una democracia. Un conocimiento que le será clave en Caracas para dar su visto bueno a las elecciones parlamentarias.
Es clave recordar que al embajador Fernández Trigo le nombró el antecesor de Arancha González Laya, Josep Borrell.
Justamente, fue Fernández Trigo quien ha venido acercando al Gobierno de España con el régimen de Cuba. No en vano, fue quien organizó todos los detalles para la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en noviembre de 2018 y el viaje de Estado de los Reyes, a finales de 2019.
Es clave recordar que al embajador Fernández Trigo le nombró el antecesor de Arancha González Laya, Josep Borrell. Justamente, fue Fernández Trigo quien ha venido acercando al Gobierno de España con el régimen de Cuba. No en vano, fue quien organizó todos los detalles para la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en noviembre de 2018 y el viaje de Estado de los Reyes, a finales de 2019.
ResponderBorrar