Nuestros hospitales están en situación tragedia. No hay suficientes camas ni respiradores, ni oxígeno, ni medicinas, para atender a los enfermos. El Universitario está colapsado ya van 4 pisos full de pacientes, depositados allí, sin la atención adecuada. ¿Saben cuántos días sin electricidad tiene el Hospital Noriega Trigo en San Francisco? ¡14 días continuos sin luz!
El personal profesional, técnico, empleado, obrero de salud, que gana un promedio de 8 dólares mensuales, se está contagiando y así seguirá mientras no tenga las herramientas para defenderse del virus. Más del 50% de este personal no cuenta con lo básico para protegerse: mascarillas, guantes, antibacterial, batas o bragas, equipos de protección especial, máscaras faciales, lentes de protección. Ellos son los verdaderos héroes de esta tragedia. Siguen el ejemplo de José Gregorio Hernández, de vocación, de mística, de entrega y hacen milagros con esa miseria que ganan y con lo poco que tienen.
Esta dictadura cree que el problema de la pandemia no es un problema de salud, médico, sino militar, policial. Y se ha dedicado a reprimir, a perseguir, a joder a la gente. Nadie puede opinar, criticar en las redes sociales, informar, enfermarse, porque se convierte en perseguido por esta nefasta dictadura. Ponen a los policías y a los militares a enfrentarse con la gente y, por cierto, también a contagiarse, porque nos informan de varios policías y militares contagiados.
Tuvieron casi tres meses para tomar previsiones, para aumentar número de camas de hospital y de Unidades de Cuidados Intensivos, para buscar respiradores, para mejorar el sistema de salud que ellos mismos destruyeron, para abrir centros de salud temporales, dotar al personal de salud de implementos, para crear conciencia y prevención ¿Y que hicieron? ¡Nada de eso! Lo que hicieron fue improvisar, mentir, desinformar, acusar a la oposición, ponerse con la pendejada de qué si tantos casos son importados y tantos comunitarios, para politizar y evadir la responsabilidad. Han dicho que en el Zulia se ha incrementado el contagio porque el virus ha mutado y eso, en este caso, no ha pasado en ninguna parte del mundo. Culpan a Colombia sin asumir que el control de la frontera es su responsabilidad.
La gente le tiene miedo a la enfermedad, pero nunca querrá que la dictadura se entere porque en ese momento el enfermo se convierte en un “bien mueble” del régimen y lo llevan a un hospital o a hoteles y moteles confiscados sin atención y hasta sin comida. Cada vez que la dictadura tiene un apuro, saquea al sector privado. Muchos de los casos podrían aislarse y tratarse en su propia casa, pero no, solo buscan irrespetar y atemorizar a la ciudadanía. Les aseguro que los números de contagiados y muertos en el Zulia, anunciados por la dictadura, no son ciertos. Les aseguro que hay muchos casos de personas fallecidas con síntomas de Covid - 19 y que ordenan poner en el acta de defunción, como causa, neumonía o enfermedades coronarias.
Y digamos la verdad. Ni en el Zulia ni en Venezuela nos calamos más sus mentiras. Porque el virus más dañino es el socialismo del siglo XXI. Nosotros siempre hemos creído en nuestros profesionales. Nosotros siempre hemos defendido a nuestros médicos. Fueron ustedes quienes fracasaron con su medicina cubana importada. Sin la dictadura socialista hubiéramos podido garantizar el derecho humano a la salud a los pacientes del covid19. No estuviéramos en este desastre.
Sin la dictadura socialista toda la sociedad estuviera sin miedo y sin terror. Sin ustedes la sociedad estuviera unida colaborando en paz y con confianza con nuestros apreciados y admirados médicos venezolanos. Toda nuestra solidaridad con los pacientes, su familia, y todo el personal salud. Este momento es para que la sociedad civil, las iglesias, empresarios y trabajadores, todos nos sumemos a aportar ideas y atención. Es un asunto de vida o muerte.
Sin la dictadura socialista toda la sociedad estuviera sin miedo y sin terror. Sin ustedes la sociedad estuviera unida colaborando en paz y con confianza con nuestros apreciados y admirados médicos venezolanos. Toda nuestra solidaridad con los pacientes, su familia, y todo el personal salud. Este momento es para que la sociedad civil, las iglesias, empresarios y trabajadores, todos nos sumemos a aportar ideas y atención. Es un asunto de vida o muerte.
ResponderBorrar