Si analizamos los dos factores que dentro de la oposición mantienen acciones y posturas distintas que los han llevado a la confrontación y alejado de la unidad estratégica necesaria para un cambio, tenemos:
Por un lado, las organizaciones que instalaron la mesa de dialogo con el gobierno, las cuales lograron el retorno de este a la Asamblea Nacional y la libertad de algunos presos políticos; logros insuficientes para resolver la crisis política que agobia al país, mucho más cuando estos movimientos carecen del poder de negociación necesario, para obligar al gobierno, a cumplir lo que suscriben.
Por otro lado las organizaciones agrupadas en el denominado G4, las cuales tienen que tomar decisión respecto a la escogencia o no del CNE en la Asamblea Nacional; así como la participación o no en las elecciones parlamentarias del próximo año.
Por eso el momento es crucial, no solo para la oposición política, sino también para el país, pues esa decisión puede marcar el rumbo definitivo hacia un cambio de gobierno.
Hasta ahora, los pronunciamientos han sido tímidos y no definitivos. Creo importante valorar la escogencia de un nuevo CNE en la Asamblea Nacional que permita, por lo menos la imparcialidad del ente electoral.
Aunque ese paso no es suficiente para garantizar un proceso electoral limpio e imparcial, es un adelanto dentro de un conjunto de propuestas que bien se pueden negociar por quienes tienen poder para hacerlo, como lo son quienes dirigen actualmente la Asamblea Nacional.
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Hay que hacer los máximos esfuerzos para unificar a la gran mayoría opositora en una estrategia que permita refrendar el triunfo obtenido el año 2015. Para ello es importante cuidar las garantías mínimas que logre una participación masiva en un escenario electoral y produzca nuevamente una contundente derrota al régimen. Ese escenario, sin duda, deja la mesa servida para unas elecciones presidenciales y a un cambio de gobierno.
El régimen hace su tarea de obstaculizar, obstruir y dinamitar el proceso de cambio. Cada retraso es letal para la gran mayoría de venezolanos que sufren una inhumana crisis propiciada por quienes se empeñan en mantenerla, como garantía a su permanencia en el poder.
Pero también es cierto que la dinámica política empuja cada vez con mayor fuerza, a una estabilización institucional que garantice un ejercicio democrático del poder. En el país no cabe dictadura. Este régimen tiene hastiado a los venezolanos y las condiciones están dadas para un cambio de gobierno. Hay que construir puntos de encuentros entre factores opositores que unifiquen estrategias y centren los objetivos. Unidad estratégica.
Docente universitario
ljm1802@hotmail.com
Pero también es cierto que la dinámica política empuja cada vez con mayor fuerza, a una estabilización institucional que garantice un ejercicio democrático del poder. En el país no cabe dictadura. Este régimen tiene hastiado a los venezolanos y las condiciones están dadas para un cambio de gobierno. Hay que construir puntos de encuentros entre factores opositores que unifiquen estrategias y centren los objetivos. Unidad estratégica.
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