Tiempo complejo y delicado que la mayor parte de la población no percibe. Venezuela en el ojo del huracán. Un análisis de la política hemisférica permite pensar que nos vienen graves situaciones.
Complejas han sido las relaciones de Venezuela y Estados Unidos en 206 años de vinculaciones. Desde el inicial
pensamiento de Bolívar sobre el país del norte, el despojo de la Isla
de Aves a mediados de siglo XIX, las amenazas de invasión y de anexión
de 1867 y 1868, la nefasta actitud de los jueces norteamericanos en el
Tribunal de París de 1889 para arrebatarnos el Esequibo, la ruptura de
relaciones con Cipriano Castro, el derrocamiento de Gallegos y el
sostenimiento de la dictadura de Pérez Jiménez, el incidente Nixon en
las calles de Caracas en 1958 y el desagrado de Washington por la creación de la OPEP, han existido variables menos amargas.
Estados Unidos, recibió en grande al Presidente Medina Angarita, ayudó a la estabilización de la democracia en tiempos de Betancourt.
Caldera planteó en Estados Unidos una amistad basada en la justicia
social internacional, denunció en 1971 el Tratado Comercial y catalogó de error la propuesta de Nixon de asignarle un papel hegemónico a Brasil en la América del Sur.
Sabemos de la significación de los Estados Unidos en la adopción del régimen presidencial, el pueblo venezolano admira la capacidad de producción, modo de vida, respeto por las instituciones políticas y administración
de la justicia del pueblo norteamericano. A ellos debemos la
instalación y desarrollo de la infraestructura petrolera y de otras
áreas de nuestra economía.
No es de extrañar que a Estados Unidos y otros países de la América
les preocupe el que Venezuela se haya convertido en un Estado fallido y
forajido. Un país con materia prima estratégica, convertido en cabeza de
playa en Suramérica y el Caribe del comunismo cubano y de potencias
extracontinentales. Que ante la falta de voluntad del Gobierno de
ponerse a derecho con sus nacionales y practicando una diplomacia
desafiante con sus vecinos, podría estarse preparando un correctivo para
desmontar esta “democracia” militarizada y tutelada por Cuba de
Venezuela.
En la visita de Mike Pence a Suramérica y Panamá, en los ejercicios militares conjuntos
de Brasil, Perú y Colombia de noviembre próximo llamados AmazonLog, en
la cada vez más contunde posición de varios países de no reconocer la
ilegal Constituyente del sátrapa
Maduro, en la clara imposibilidad de la población civil venezolana de
defenderse de bandas armadas y colectivas integradas por mercenarios,
ante la denegación de justicia, el gravísimo caso de la corrupción de
Odebrecht, el éxodo de venezolanos, hay antecedentes que apuntan no a una intervención unilateral, sino a una interposición colectiva.
Esta no es una interpretación perversa de la situación, es un
análisis geopolítico, un presagio, porque Venezuela está en manos de
bárbaros y con ella se ha cometido un execrable crimen.
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