En la Cumbre de las Américas la intervención del presidente uruguayo no satisfizo al gobierno venezolano. Para los analistas oficialistas les pareció “muy discreto”. Tal vez marca distancia de Maduro porque muchos izquierdistas uruguayos padecieron un gobierno militar.
En el maduro-cabellismo hay molestias con Uruguay. En particular con su gobierno. Primero fue el vicepresidente, Raúl Sendic, que no se creyó el cuento de Maduro sobre la invasión y ataque del imperio. Luego fue el canciller, Nin Novo, de ese país que se manifestó en una tónica similar.
En la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá la intervención de Tabaré Vasquez tampoco satisfizo al gobierno venezolano. Así lo han señalado algunos de sus analistas. Les pareció “muy discreto”.
Ese gobierno está marcando distancia de la administración venezolana. La mayoría de ellos padeció un gobierno militar y ve, con preocupación, que la administración de Maduro es cada día que pasa más verde oliva.
Resienten que se detenga a personas por pensar distinto, sin pruebas de que haya cometido algún delito. Les trae malos recuerdos. El barniz democrático del maduro-cabellismo no engaña a los uruguayos.
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