Tiene granimportanciala presencia por primera vez de Cuba en esa Cumbre, lo que puede significar la incorporación cubana a la integración continental en el marco de los acuerdos que viene discutiendo con los Estados Unidos, que deben significar rectificaciones y compromisos de ambas partes; así como los Estados Unidos rectifica su política de bloqueo, Cuba debe comprometerse con la apertura democrática real y con el respeto a los derechos humanos.
En cuanto a las últimas diferencias entre Venezuela y los Estados Unidos, deben haber rectificaciones y compromisos para superarlas: el Gobierno norteamericano debe retirar la calificación de amenaza para su seguridad nacional por no ser cierta y el Gobierno de Maduro debe comprometerse con el respeto a los derechos humanos y a la libertad de pensamiento junto al cese de la persecución políticade sus adversarios, conducta a la que está obligado de acuerdo a todos los tratados internacionales firmados por Venezuela.
Pero ambos casos, el de Cuba y el de Venezuela, deben ser tratados en el marco de las relaciones bilaterales que existan o puedan existir entre los Estados Unidos y esos dos países. Sería un atentado en contrade la esperanza y de los derechos de los pueblos representados en esa Cumbre que esas diferencias sean las protagonistas de tan importante reunión, en vez de respetar el tratamiento entre todos los participantes de las vías más eficientes para lograr el propósito central de esa gran reunión, para avanzar hacia el logro de la prosperidad con equidad, para enfrentar los retos de lapobreza y de la desigualdad que hoy impera en la mayoríade los países participantes. Desviar ese objetivo solo contribuirá al aplazamiento de los esfuerzos para lograr esas metas, con perjuicios para todos.
Desde Un Nuevo Tiempo (UNT) proponemos que ese tema central evolucione hacia el crecimiento económico con justicia social, con el objeto de que la prosperidad sea para todos y no para unos pocos.
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