Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 15 de abril de 2015

Diosdado confiesa que se saben perdedores en las parlamentarias Damián Prat C.



La arbitraria (y por cierto inconstitucional) orden del capitán Diosdado Cabello de eliminar el voto popular en la elección de los diputados al parlamento Latinoamericano y sustituirlos por una "elección" a dedo en el seno de la actual Asamblea Nacional no es mas que una simple, llana y directa confesión de que se sienten derrotados, abrumadoramente derrotados, en el favor popular de cara a las elecciones parlamentarias de este año.

Hace 5 años junto con las elecciones parlamentarias, los venezolanos votamos por elegir a los 11 diputados de Venezuela al parlamento latinoamericano. En todo caso, el voto popular es el método. ¿Por qué cambiar arbitrariamente ese método de no ser que Cabello y el PSUV saben que van a perder en el voto popular? Si se sintieran ganadores, no tratarían de impedir el voto popular. En el caso del Parlatino, además, hay un elemento: no hay circuitos que manipular. Son los votos de toda Venezuela. Queda clarito quien es mayoría y por cuanto.

Por cierto que, aunque ese es otro tema, en aquel 2010, gracias a una plancha paralela y divisionista de la Unidad, encabezada por el inefable Hermann Escarrá, que sacó 200 mil votos, levantando las banderas de la antipolítica, fue que el PSUV-oficialismo logró "ganar" 6 diputados a 5 por precaria ventaja de 100 mil votos. Lección a ser aprendida.

Claro que la decisión tiene otras aristas. Una es la provocación. El mismo Cabello dijo el día anterior que "la oposición pretendía buscar violencia para impedir las elecciones". Es obvio que quien está ganando -como lo registran todas las encuestas- en este caso la oposición democrática, no tiene interés en hacer nada parecido a lo anunciado por el capitán, de modo que eso podría leerse al revés.

No es casual que la presidenta de Brasil haya dicho en Panamá que solucionar la crisis de Venezuela -entre otras cosas- implica que de ningún modo se suspendan las elecciones parlamentarias. Los presidentes dicen cosas así como un mensaje con destino. Igual que cuando Pepe Mujica mencionó aquello del "golpe militar de izquierda". Aquí lo hemos advertido desde el primer día, el insólito y brutal atropello de poner preso al alcalde Antonio Ledezma, buscaba provocar protestas que ellos iban a transformar en violentas para crear un caos y redactar una Ley -anunciada por Maduro- para ilegalizar a la oposición democrática de manera de hacer unas parlamentarias chucutas, sin oposición, a la medida.

Por cierto, que este caso muestra otra arista: si Cabello y el gobierno aprueban esa arbitrariedad de eliminar el voto popular para elegir los diputados del Parlatino debido a que se saben perdedores, quiere decir que la campañita de los abstencionistas estériles acerca de que el gobierno cambia los votos a su antojo en las máquinas, en la transmisión y/o en la totalización, es falsa y solo sirve al plan oficialista de restar votos a la alternativa democrática. ¡Clarito!

Un detalle final: la medida arbitraria "porque me da la gana" pretende también sembrar desánimo y derrotismo. Es, una vez más, hacer sentir "hacen lo que les da la gana". Está tratando de transmitir un meta-mensaje: "ríndanse, no luchen". La respuesta, para mí, es otra: me indigno ante el abuso, me sumo a la denuncia y me reafirma que es indispensable luchar por un cambio político hacia la democracia, el progreso y la justicia social.

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