Ali al-Naimi, ministro del petróleo de Arabia Saudita, durante una conferencia de prensa en noviembre de 2014. HEINZ-PETER BADER/REUTERS
Arabia Saudita, el mayor exportador de crudo del mundo, está tratando de mantener su participación en el mercado mundial de petróleo en medio de una competencia que la enfrenta con sus aliados tradicionales en Estados Unidos y países del Golfo Pérsico.
El año pasado, las exportaciones de petróleo del reino se redujeron 5,7% en comparación con 2013. En los dos primeros meses de 2015, los envíos de crudo a su cliente de mayor crecimiento, China, cayeron a sus niveles más bajos desde 2011, según la Administración General de Aduanas del país asiático. Y sus ventas a EE.UU. fueron en enero casi la mitad de lo facturó el año anterior, según la Administración de Información de Energía estadounidense. China y EE.UU. son los mayores importadores de crudo de Arabia Saudita, con 10% y 8% de la producción del reino, respectivamente.
En China, Arabia Saudita sufre por la depresión de la demanda y debido a las mejores ofertas de sus rivales Rusia, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. En EE.UU. enfrenta la competencia de los productores locales de crudo extraído de formaciones de esquisto, que con su abundante oferta han contribuido a la espiral descendente de los precios globales del crudo.
Esta es una situación poco familiar para Arabia Saudita, considerado durante mucho tiempo el actor clave del mercado mundial del petróleo, y refleja el nuevo orden que está emergiendo en el mercado global de crudo, cuyo precio ha caído 50% desde junio pasado. La situación también pone de relieve los riesgos que Arabia Saudita tomó en noviembre cuando convenció a los otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a dejar de lado su tradicional política de apuntalar los precios cuando el mercado se desploma. Arabia Saudita y la OPEP continuaron bombeando y dejaron que los precios del crudo siguieran cayendo.
El reino suponía que sus vastas reservas de petróleo barato de producir lo posicionaría para mantener su cuota de mercado, e incluso conseguir nuevos clientes después de que a principios de este año los precios del Brent cayeran por debajo de US$50 el barril, comparado con un máximo de US$115 en 2014.
En cambio, el país se ha visto obligado a pelear con otros miembros de la OPEP, recortando el precio de venta a sus clientes asiáticos seis veces en nueve meses. A pesar de ello, Rusia y los aliados de Arabia Saudita en el Golfo Pérsico ganaron en poder de negociación, cerrando mejores acuerdos con China y con refinerías en India y Europa, según analistas de la industria. Kuwait, por ejemplo, aumentó el año pasado sus exportaciones mediante la firma de un acuerdo de suministro a 10 años con China Petroleum & Chemical Corp. SNP -1.03% , la mayor refinería de China también conocida como Sinopec.
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