Dos meses después del primer ataque militar estadounidense contra una supuesta narcolancha en el Mar Caribe, la presión de Washington contra Caracas se ha convertido en una guerra de nervios. Cada vez es más difícil de creer que los constantes hundimientos de naves sean para combatir el narcotráfico. En las últimas semanas, Donald Trump ha autorizado a la CIA a llevar operaciones encubiertas en Venezuela y contra Nicolás Maduro, mientras el Pentágono ha incrementado la flotilla de la marina que está desplegada a los límites de las aguas venezolanas. El último buque en sumarse ha sido el portaviones Gerald Ford, el más grande del mundo.
Cuando empezaron las operaciones militares en el mar Caribe en septiembre, Trump negaba que tuviera interés alguno en provocar un cambio de régimen. Recientemente, en una entrevista a principios de noviembre en la cadena CBS, el tono era muy distinto. La periodista Norah O’Donnell preguntaba al republicano: «¿Están los días de Maduro como presidente?». Y este respondía: «Yo diría que sí. Creo que sí, sí».
Este lunes por la mañana se hacía efectiva la designación de El Cartel de los Soles como organización terrorista, y situaba al presidente venezolano como su líder, haciendo que, de facto, Maduro sea considerado como un terrorista para Estados Unidos. Se trata de una acusación que el gobierno de Venezuela ha negado en reiteradas ocasiones.
Hace diez días que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció el inicio de una campaña militar contra el «narcoterrorismo» en América Latina, bautizada como Lanza Sud. Según Hegseth, el objetivo es «expulsar los narcoterroristas de nuestro hemisferio y proteger nuestra patria de las drogas que están matando a nuestra gente». No se dieron más detalles sobre en qué consistía la operación Lanza Sud, más allá de que el Comando Sud -el encargado para el área de América Central, Sud y el Caribe- estaría implicado. A mediados de octubre, el comandante del Mando Sur, el almirante de la Marina Alvin Holsey, anunciaba que se jubilaba después de un año en el cargo y apenas días después del quinto ataque contra una embarcación que salía de la costa venezolana.
Trump ha estado usando la designación de «terrorista» y «narcoterrorista» para saltarse el derecho internacional y emprender ataques militares contra embarcaciones a las que acusaba de ser narcolanchas. Bajo esta designación de «narcoterroristas» el Pentágono ha matado a más de 80 personas en sus incursiones en el mar Caribe y el Pacífico Oriental. Ahora bien, los blancos eran personas anónimas – familiares de pescadores que no han regresado creen que son sus seres queridos y niegan que fueran narcos- y no un presidente.
La popularidad de Maduro actualmente es muy baja, especialmente después del resultado de las elecciones del 2024 donde se cree que el régimen manipuló el resultado para mantenerse en el poder. Ya en su momento, Washington reconoció como ganador al candidato de la oposición Edmundo González, quien se presentó en el lugar de Marina Corina Machado, que tuvo que exiliarse y no pudo liderar la lista de la oposición. Este año, Corina Machado fue la ganadora del premio Nobel de la Paz, reconocimiento internacional que aún le ha dado más fuerza.
Este lunes, cuatro altos cargos estadounidenses confirmaban a Reuters que en los «próximos días» Washington pensaba iniciar la segunda fase de la operación militar contra Venezuela.
En las últimas horas, siete compañías aéreas han decidido suspender sus operaciones con Venezuela, entre ellas Iberia, que realiza cinco vuelos a la semana. Esta medida llega después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos emitiera una advertencia contra vuelos sobre Venezuela y el sur del mar Caribe, debido a «una posible situación de riesgo».
Atacar a Maduro directamente es poco probable, y una operación especial encubierta tampoco casaría con el exhibicionismo de fuerza que recientemente ha desplegado Washington sobre Latinoamérica. Michael Shifter, exdirector del Diálogo Interamericano y profesor de Georgetown, apuntaba en un análisis reciente que lo más probable es que Trump intente provocar fracturas dentro del gobierno venezolano y entre los militares.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario