La Asamblea Nacional avanza hacia la designación de un nuevo CNE / Foto: AN

La Asamblea Nacional (AN) aprobó este jueves por unanimidad los 10 representantes de la sociedad civil que junto a 11 diputados van a conformar el Comité de Postulaciones Electorales para la designación de las nuevas autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) de acuerdo a lo establecido en la Constitución de 1999 y a la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
La novedad es que esos nombres fueron escogidos por unanimidad el miércoles pasado por un Comité Preliminar conformado por siete diputados de la oposición y cinco del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El año pasado la directiva parlamentaria que preside Juan Guaidó puso en marcha ese comité dejando una puerta abierta para que (tal como acaba de ocurrir) el chavismo se incorporara.
Ese mismo miércoles Nicolás Maduro afirmó públicamente que: “Se está buscando nombrar un Consejo Nacional Electoral por consenso y estoy de acuerdo que lo nombre esa Asamblea Nacional”.
Como vemos, esto es un paso hacia atrás por parte de Maduro en lo que lucía como su embalada carrera por desconocer a esa misma AN y organizar unas elecciones parlamentarias a su medida. ¿Pero es un paso hacia atrás para luego avanzar dos hacia adelante? Evidentemente que sí. No hay razones para pensar que su objetivo ha cambiado, aunque por la fuerza de las circunstancias se esté viendo en la obligación de variar su ruta y esto no es menos importante.
En política se hace lo que se puede y no lo que se quiere. Maduro finalmente se ha visto compelido a retroceder. Una señal muy clara de que la presión internacional está funcionado. Es decir, la estrategia a la que Guaidó le puso el acelerador hace seis semanas.
De modo que lo que estamos viendo es un proceso de negociación en marcha en torno a la designación del CNE, donde cada parte quiere algo de la otra y donde, dados los antecedentes, la mayoría opositora de la AN no tiene razón alguna para confiar en las intenciones de Maduro.
Pero esta es probablemente la última oportunidad para llegar a un acuerdo en Venezuela antes de que Estados Unidos escale su política de presión sobre el régimen chavista. Una escalada que tendrá todo tipo de consecuencias imprevistas. A esas consecuencias son a las que el chavismo civil y militar le teme.
Pero esta es probablemente la última oportunidad para llegar a un acuerdo en Venezuela antes de que Estados Unidos escale su política de presión sobre el régimen chavista. Una escalada que tendrá todo tipo de consecuencias imprevistas. A esas consecuencias son a las que el chavismo civil y militar le teme.
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