Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 10 de marzo de 2018

Ender Arenas: Como pensar la transición (I)

A veces, incluso relativamente hace poco en el 2015, la mayoría de los venezolanos vivimos momentos estelares: donde la dictadura parece a punto de caer y el regreso a la democracia es una posibilidad mucho más que real, y de pronto como si fuera un inacabable estribillo las esperanzas y los entusiasmos vuelven a dar paso al dolor y al sufrimiento de las derrotas y nos produce la terrible desazón que alimenta la desesperanza como si no hubiese lugar para el cambio.

Esos momentos son devastadores, por ejemplo, uno debe lidiar con el llanto de una hija que se niega a irse del país y que, esperanzada, creía que todo estaba listo para producirse una transición a partir de la victoria, por ejemplo, en la Asamblea Nacional y de pronto todo se desvanece en el aire, también, uno debe lidiar con el pesimismo de la que se ha ido, para buscar una mejor vida, pero que tiene la esperanza de volver y que una vez producida la frustración le dice a uno: me mentiste de nuevo papa, me dijiste que ahora sí y todo sigue igual o peor.

Uno sueña con otro momento, esta vez crucial, de ruptura donde ya no esté la dictadura y aparezca la democracia. Pero no es fácil. (Una excelente descripción de ese momento la hace Pzeworski, quien nutre las ideas centrales del presente artículo, véase: “Democracia como resultado contingente de conflictos).

Sin lugar a dudas, ya no estamos frente a lo que algunos han llamado “Democracia no liberal”, tal vez en un principio cuando Chávez llego por la vía electoral y luego se paso por el forro la Constitución que lo legitimaba. Ahora estamos frente una dictadura a secas.

Muchos dudaban de esta calificación, fundamentalmente, por una conceptualización errónea del concepto “dictadura”, pues señalaban que había elecciones y tanto Chávez como Maduro, gozaban de legitimidad por origen, como si esta fuera un dato per se y como si quien se la otorgó (el ciudadano) reconociéndolo en un momento determinado no fuera capaz de quitársela cuando deje de reconocerlo, pues las razones del elegido ya no son las suyas: dejar de ser legitimo, incluso, por origen, significa que el gobernante ha dejado de ser reconocido por los gobernados.

Otros argumentaban que a pesar de la evidencia de algunos aspectos represivos había cierta libertad para decir cosas que no gustaban del todo al régimen en algunos medios y este parecía permitirlos.

Pero, digamos de una vez (una vez mas) este régimen es dictatorial porque se articula en torno a aparatos de poder autoritarios (FANB, ANC, TSJ, CNE y Ejecutivo) que tienen la capacidad de impedir resultados políticos en su contra y de producirse, también tienen la capacidad de controlar y dar vuelta esos resultados.

El momento crucial, ese que todos soñamos, de la transición de la dictadura a la democracia no se define, solo, por el retiro a los cuarteles de la FANB que ha colonizado la administración pública, no se determina solo por la vigencia de un parlamento elegido por las mayorías y de naturaleza opositora, la transición se determina cuando se produce el hecho mediante la cual nadie (llámese FANB, ANC, TSJ, CNE y Ejecutivo) puede intervenir para invertir los resultados del proceso democrático formal.

Esta semana se produjo un evento significativo: la formación del Frente Amplio, espacio político donde se encuentran todos los sectores que proponen un cambio político hacia la democracia y allí se leyó un manifiesto donde todos se comprometen de manera sustantiva a luchar por el logro de la democracia, la libertad y en fin por toda la agenda que ha venido manejando por la oposición.

Sin embargo sería bueno recordarles a esos actores políticos que la democracia solo es posible si existen instituciones y un marco institucional y por tanto hace imprescindible la constitución de un acuerdo previamente institucional que haga posible que los compromisos sustantivos sean cumplidos por los actores que acuerdan el compromiso, pues, solo las instituciones son la solución, solo estas pueden hacer improbables que el autoritarismo y la dictadura reviertan los resultados positivos del proceso democrático formal.

http://biendateao.com/

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