Republica del Zulia

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sábado, 10 de marzo de 2018

Estudiar vs. sobrevivir: el doloroso dilema de los estudiantes universitarios

Foto: Eloy Hernández
La formación de nuevos profesionales en el país está en riesgo. El empeoramiento de las condiciones de vida —producto de la actual crisis económica— amenaza la permanencia de los estudiantes en las aulas de clases. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) correspondiente al 2017, de los 1,6 millones de jóvenes entre 18 y 24 años que asisten a las instituciones de educación superior, un 38 % abandona la universidad antes de graduarse para incorporarse al mercado laboral y contribuir con los gastos del hogar.

Desde el segundo semestre del 2017, las autoridades de las universidades públicas y privadas del país han mostrado su preocupación por el nivel de ausentismo en los centros de educación superior. En la Universidad del Zulia (LUZ), cerca de 15 mil estudiantes han abandonado la universidad desde finales del 2015, según Judith Aular de Durán, vicerrectora académica y rectora encargada, luego de que, el miércoles 14 de febrero del 2018, el Consejo Universitariodeclarara a la institución en emergencia académica y operativa.

La continuidad de los universitarios en el sistema educativo —según los investigadores de la Encovi 2017— es amenazada por el alto costo de la vida, el empeoramiento de los servicios básicos y la inseguridad. La ausencia de transporte urbano, la escasez de efectivo y las dificultades para adquirir una alimentación adecuada en los hogares son algunos de los tropiezos que deben sortear los universitarios para culminar su carrera profesional, pero, además de esos factores que afectan directamente la cotidianidad de los estudiantes, hay que sumarle las limitaciones a los beneficios que deben prestar las universidades.

De acuerdo con el informe Libertad académica y derechos humanos —elaborado por la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad del Zulia y Aula Abierta Venezuela con la finalidad de evidenciar las violaciones a los derechos universitarios por parte del Estado venezolano— el aumento de la deserción en las casas de estudios de la región se debe a la afectación de los servicios estudiantiles y a la grave situación económica y social del país.

Una luz de solidaridad

Las dificultades han despertado gestos de apoyo y cooperación entre los estudiantes de la Universidad del Zulia. Diariamente, son diversas las muestras de solidaridad que, desde las 11 facultades y 2 núcleos que integran la institución, reflejan los valores y la determinación que caracterizan a los jóvenes de la región.

Desde la permanencia en grupos para resguardar su seguridad dentro y fuera del campus hasta la conformación de equipos de estudio para costear los guías y materiales didácticos, losestudiantes de LUZ se han aliado para asistir a clases y terminar sus carreras universitarias con ayuda de sus compañeros. «La idea es permanecer juntos en la facultad y siempre preocuparnos por lo demás. Nunca falta un «¿Cómo te vas? ¿Te buscan? No te quedes solo».

Ante la escasez de efectivo y la disminución del transporte público, algunos estudiantes han puesto a disposición sus vehículos particulares para brindar una alternativa de traslado a sus compañeros. Patricia Rincón*, de la Escuela de Derecho de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas*, explica que gracias a esta clase de ayuda podrá finalizar sus estudios. «Una compañera me da el aventón hasta Maracaibo para terminar mis últimas materias. De no ser por ella, no podría seguir estudiando», comenta.

Sin embargo, la solidaridad en LUZ no tiene límites: múltiples familias zulianas también han ofrecido alojo a estudiantes foráneos en sus viviendas. «Soy de Cabimas y, durante este período, asistir a la universidad se me estaba dificultando bastante por la escasez de efectivo. Además, salir a las 5:35 de la tarde de clases es muy riesgoso y el servicio de transporte es deficiente. Mi mejor amiga y su familia se dieron cuenta de mi situación y me abrieron las puertas de su hogar. Desde entonces me quedo en su casa los días que tengo clase. No tengo palabras para agradecerles».

En tiempos de crisis, la visión de la Universidad del Zulia como una casa de crecimiento profesional y personal sigue fortaleciéndose gracias a la perseverancia y fraternidad que comparten quienes hacen vida en ella. «Estoy agradecido porque estoy rodeado de buenas personas. Es una balsa tener amistades y estar rodeados de profesores que te incentiven a seguir adelante. Cuando pienso en mis amigos que han abandonado la carrera por tantos inconvenientes, siento que voy a graduarme por ellos. Eso es un impulso para todos. Nos ayudamos porque queremos lograr esto juntos».

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